SOCIEDAD

Hubo 41 grados de térmica y todavía puede ser peor

La sensación térmica fue record para este verano. Para hoy se esperan temperaturas aún mayores.

Fue un record que no puso feliz a nadie. Ayer a las 14 la sensación térmica trepó hasta los 41 grados, marca máxima para este año y razón de numerosos casos de deshidratación y golpes de calor. Y esto fue sólo el comienzo. Para hoy se esperan temperaturas aún mayores, y el supuesto alivio que llegaría el sábado de la mano de la lluvia quedó postergado -el alivio, no la lluvia–, al menos hasta el lunes, cuando se anuncia que rotará el viento. En Mar del Plata no la pasaron mejor: un fuerte temporal se abatió sobre sus playas luego de que el termómetro marcara los 37,2 grados, y obligó a los miles de turistas a buscar refugio en sus casas y hoteles.
Mediodía en Buenos Aires. Los porteños intentan inhalar, al menos, una pequeña pizca del poco aire que queda en la gran ciudad, mientras buscan esquivar el implacable rayo de sol que cae a plomo sobre sus cabezas. Sus cuerpos, cansados y sudorosos, les hacen saber que están frente a la mayor temperatura del año. Y no se equivocan.
Ayer, tras una noche infernal donde el calor se mantuvo inmutable, la sensación térmica rompió todos los records y alcanzó los 41 grados centígrados, muy lejos aun de la marca histórica padecida en enero del ‘92, cuando llegó a los 49 grados, pero suficiente para provocar que al menos 90 personas, en su mayoría de avanzada edad, debieran ser atendidas en los hospitales porteños, víctimas de cuadros de deshidratación, cefaleas intensas y golpes de calor.
En tanto, en Mar del Plata, el calor dejó paso a la tormenta. Luego de que en el mediodía de ayer el termómetro marcará los 37 grados, un fuerte temporal cayó sobre la ciudad, generando un importante descenso de la temperatura. Rayos, truenos y granizo obligaron a los turistas a abandonar la costa, que hasta ese momento se mostraba abarrotada de gente, y refugiarse en los hoteles y las recovas de la rambla para evitar el chaparrón. Con el paso de las horas, la lluvia alcanzó tal magnitud que comenzó a complicar el tránsito vehicular, y la gran cantidad de agua que se acumuló en las esquinas hizo pensar a las autoridades y comerciantes en la posibilidad de que se repitieran las inundaciones que anegaron la ciudad a mediados de diciembre.
Para hoy no se esperan grandes cambios. Según el Servicio Meteorológico Nacional, en la Capital Federal la máxima rondará los 36 grados y el cielo estará parcialmente nublado y muy, pero muy húmedo, lo que seguramente elevará la térmica por encima de las marcas de ayer, ya que, tal cual explicaron los especialistas, “las altas marcas registradas en la sensación térmica están directamente relacionadas con los índices de humedad y con el viento norte predominante por estos días”.
Con respecto al fin de semana, el panorama es aún más desalentador. Lluvia y calor es lo que predice el pronóstico, en una combinación fatal capaz de dejar disconformes a todos: los que rogaban por un poco de agua para aplacar el calor y a los que añoraban un buen fin de semana para realizar actividades al aire libre. Recién el lunes, el cambio de la dirección del viento, del noroeste hacia el sur, provocará una baja importante en la temperatura, con una máxima prevista de 28 grados, una mínima de 21 y un alivio para los cansados corazones.

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