Jueves, 17 de febrero de 2011 | Hoy
SOCIEDAD › PASARON A DISPONIBILIDAD A OTROS DOS POLICíAS DE BARADERO
Julián Cáceres, el policía que acompañaba al detenido Gonzalo Kapp cuando baleó por la espalda a Lucas Rotella, y Mario Pío, quien labró el acta que emprolijó la barbarie de la Comunal, quedaron en disponibilidad. La nueva jefa ordenó no salir con escopeta.
Por Horacio Cecchi
Dos policías de la comisaría de Baradero fueron pasados a disponibilidad. Uno de ellos acompañaba a Gonzalo Kapp, el uniformado que mató por la espalda a Lucas Rotella y fue detenido y acusado de homicidio calificado. El otro estaba de turno en la comisaría la madrugada del sábado 13, cuando fue detenido Tito –uno de los dos adolescentes que se encontraban charlando con Lucas en la Plaza Colón–, y confeccionó el acta del procedimiento. Las disponibilidades de los dos uniformados, Julián Cáceres y Mario Pío, se suman al desplazamiento de Rambo Franzoia, el ex jefe de la Comunal de Baradero, ocurrido el lunes por la mañana, tal como informó Página/12 en su edición del martes. Con tres días en el cargo, la reemplazante de Franzoia, Jorgelina Silva, intenta prevenir un próximo incendio: ordenó que ningún patrullero salga con escopeta, la que suponen madre del borrego. La orden aportará a la tranquilidad por un tiempo. Es muy dudoso prevenir incendios sólo con la manguera. No es mucha especulación imaginar qué hubiera ocurrido si Kapp perseguía a Lucas armado sólo con una nueve milímetros.
Cáceres es el uniformado que acompañaba a Kapp, quien conducía el patrullero la madrugada del sábado, cuando fue baleado por la espalda el adolescente. “¡Qué hiciste, sos un hijo de puta!”, le gritó a Kapp después de sentar a Tito esposado por la espalda en el auto, según surge de la causa. Después, sigue el relato, Kapp se sentó al volante, rió, encendió la radio y enfiló a la comisaría.
Cuando llegaron, Mario Pío, de turno en la comisaría, labró el acta del procedimiento en la que no sólo fueron limados los bordes más escabrosos del bien llamado procedimiento rutinario, sino que además debió quedar asentada la argumentación para detener a Tito, resistencia a la autoridad, y la necesaria infracción de tránsito que supuestamente justifica perseguir infractores a toda costa. La argumentación de disparar a las víctimas para protegerlas de una caída sin casco tuvo tan poca lógica como coartada que ni el propio Kapp la utilizó en su defensa. Y es tramposa: lo que se busca, aseguran chicos y adultos en cualquier esquina de Baradero, son las motos. A Tito lo detuvieron por el mismo motivo, y lo dejaron libre tras iniciarle una causa por resistencia a la autoridad, sólo iniciada para quitarle la moto, que luego se acumulará en el depósito municipal junto a otras miles que van siendo desarmadas o rematadas para beneficio del erario en manos del intendente Aldo Carossi.
Por la mañana, Jorgelina Silva, colocada en reemplazo de Rambo Franzoia por el jefe de la Departamental San Nicolás, Hugo Prado, dio su primer paso con cautela: ordenó que los patrulleros no saldrán con escopetas salvo ocasiones excepcionalísimas que, se supone, no deberían incluir la persecución de infractores. Los procedimientos continúan, igual que el tiro por la culata.
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