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José María Arancedo, hasta ahora obispo de Mar del Plata, fue nombrado ayer por Juan Pablo II como nuevo arzobispo de Santa Fe en reemplazo de Edgardo Storni, quien había presentado su renuncia el 24 de setiembre último a raíz de las acusaciones que se formularon en su contra por presunto abuso deshonesto contra seminaristas. Las imputaciones contra Storni se conocieron en 1994 a través de denuncias periodísticas publicadas en Rosario/12. A partir de entonces la Iglesia Católica comenzó una investigación interna cuyos resultados nunca fueron públicos y tampoco se tomaron medidas contra el arzobispo. El caso reflotó el año pasado a partir de nuevos datos aportados en un libro de Olga Wornat en el que se dedica un capítulo a Storni y se recuerdan las acusaciones por abuso sexual.
Todos los episodios ocurridos en torno del escándalo generado por Storni provocaron fuertes debates en el seno de la propia jerarquía católica, entre quienes prefirieron guardar silencio y quienes pidieron, públicamente algunos y de forma privada otros, que se tomaran medidas contra el entonces arzobispo santafesino. Storni viajó en agosto pasado a Roma, se entrevistó con autoridades vaticanas y con el propio Papa, mientras algunos de sus colaboradores no sólo aseguraban que sería respaldado por Juan Pablo II sino que presionaron y amenazaron a quienes se le oponían. Finalmente, el Papa le aceptó la renuncia y nombró interinamente a cargo de la arquidiócesis santafesina al obispo emérito de Salta, Moisés Blanchoud.
El nuevo arzobispo católico de Santa Fe, José María Arancedo (62 años), es un hombre conocido dentro del Episcopado por su sensibilidad en temas sociales, bien diferenciado del perfil conservador de Storni. Arancedo integra actualmente la Comisión de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal y es asesor de la Comisión de Justicia y Paz. Entre 1999 y 2002 presidió la Comisión de Comunicación del Episcopado argentino.
En declaraciones formuladas ayer a Radio Universidad de Santa Fe, Arancedo informó que hace una semana fue notificado de su nueva designación y que asumirá la arquidiócesis aproximadamente en Pascua. Arancedo no quiso referirse a Storni y dijo que su primera medida será “conocer y conversar” con el clero y con los fieles de la Iglesia de Santa Fe. Agregó que “estoy preparándome en la oración para acercarme y tratar de ser el signo más visible de lo que es el amor de Jesucristo por los hombres y formar una Iglesia en la cual aparezca el rostro de la caridad, de la verdad y de la reconciliación”.
El nuevo arzobispo santafesino dijo también que “más que maestros la gente necesita testigos” y agregó –citando a Juan Pablo II– que “es necesario brindar testimonio con la vida, una tarea testimonial que hay que reconstruir y hacer”.
Arancedo nació en Buenos Aires el 26 de octubre de 1940, fue ordenado sacerdote en La Plata el 16 de diciembre de 1967, se doctoró en teología en la Universidad Católica Argentina y en Roma, en la Pontificia Universidad Gregoriana, alcanzó el grado de doctor en derecho canónico. Es obispo desde 1988, ocasión en la que Juan Pablo II lo nombró obispo auxiliar de Lomas de Zamora. La arquidiócesis de Santa Fe cuenta con una población de 762 mil habitantes –de los cuales el 88 por ciento se declara católico–, 88 parroquias, 252 iglesias y capillas y 139 sacerdotes.