Algunas “inconsistencias menores” del “programa informático del lanzador de la NASA” impidieron ayer que el satélite argentino SAC-D Aquarius fuera lanzado tal como estaba previsto, por lo que el operativo debió postergarse. El satélite, explicó el Ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado, “se encuentra en perfectas condiciones operativas”. La misión conjunta entre Argentina y Estados Unidos fue reprogramada para mañana a las 11.20 (hora argentina; cuatro horas menos en California) y será lanzada desde la base de la Fuerza Aérea militar Vandenberg, ubicada en Lompco.

El satélite aportará información para el desarrollo de quince proyectos de científicos argentinos financiados por el gobierno nacional, en el marco de una estrategia de integración con investigadores de otros países. De acuerdo con lo planificado, una vez en órbita, el SAC-D empezará a emitir información para el desarrollo de los proyectos argentinos y también para otras quince investigaciones que efectúan científicos estadounidenses, nueve italianos y un japonés.

El objetivo, explicó la investigadora principal de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), es “que una vez que se tengan los datos del satélite, los científicos argentinos puedan intercambiar información y se vinculen con investigadores de otros países, para trabajar en red y formar una comunidad científica en torno al satélite”.

Por ello, en 2009 el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación había convocado a grupos de investigadores de universidades y organismos nacionales para que presentaran proyectos. Tras la selección, quince de ellos fueron elegidos para ser desarrollados en el país y recibir una financiación de 1.300.000 dólares. Las propuestas seleccionadas se vinculan con los objetivos de los ocho instrumentos que conforman la misión, cinco de los cuales fueron desarrollados por la Conae. Uno de ellos “será la medición de la salinidad de los océanos para poder estimar la dinámica de las corrientes oceánicas, lo que implica, además, establecer información vinculada con las formas en que se da el cambio climático”, explicó Torrusio.

Además, el satélite llevará otros siete instrumentos “que servirán para medir diferentes cosas, como incendios forestales y erupciones volcánicas, al tiempo que se podrán estudiar la ubicación y evolución de las cenizas de esos volcanes, un tema que es de tan candente actualidad en el país”. El dispositivo también tiene la capacidad de recabar y transmitir información valiosa para quienes “efectúan estudios sobre las costas marítimas y diversos monitoreos de emergencia”.