Dos mujeres y una cantidad no precisada de cómplices asaltaron una parroquia de Parque Chacabuco de manera no violenta y con estrategia premeditada: mientras un cura daba misa, una de las ladronas entretenía al otro sacerdote en el confesionario, de modo que la otra mujer estaba libre de posible vigilancia. De acuerdo con fuentes policiales, el episodio ocurrió durante la misa vespertina del domingo pasado en la parroquia de la iglesia San Judas Tadeo. Cuando ya habían transcurrido diez minutos de la misa oficiada por el padre Pablo, dos mujeres de unos 20 años entraron en la iglesia. Ambas se acercaron al padre Iván, quien acababa de confesar a varios fieles, y le anunciaron que querían hacer lo propio, tras lo cual el cura se dirigió con una de ellas al confesionario. A los 15 minutos, la confesante recibió un mensaje de texto en su celular, tras lo cual interrumpió abruptamente la conversación. Dio las gracias al sacerdote y se retiró velozmente con su compañera. Más tarde, el mismo cura descubrió que las puertas que conducen a las habitaciones de la sacristía habían sido violentadas. Al recorrer el lugar, advirtió que, además de dinero, faltaban dos cámaras filmadoras, una computadora portátil y otros objetos de valor. Tras llamar a la policía y denunciar el hecho ante agentes de la comisaría 12ª, el cura recordó la actitud de las mujeres, y se dio cuenta de que se había tratado de una maniobra distractiva: mientras él procedía a las confesiones, por los fondos del lugar sus cómplices entraban a robar.