Miércoles, 18 de abril de 2012 | Hoy
SOCIEDAD › MALESH MEHTA TRABAJA DESDE HACE VEINTICINCO AñOS EN LA LIMPIEZA DEL GANGES Y HABLA DEL RIACHUELO
Abogado y ambientalista de la Corte Suprema de la India, trajo su experiencia en la cuenca del Ganges. Propone aplicar duras sanciones y reubicar las empresas en parques industriales. De paso por Buenos Aires, habló con Página/12.
“Ha llegado el momento de que los actores involucrados en la temática de la Cuenca Matanza-Riachuelo no esperen un minuto más. Hay una inversión en tareas de saneamiento, pero si los resultados no se ven, la sociedad debe dar un paso adelante, exigir respuestas y tomar cartas en el asunto”, dijo a Página/12 Malesh Mehta, un prestigioso abogado de la Corte Suprema de la India, que trabaja desde hace más de 25 años en el saneamiento del mítico río Ganges. Las palabras de Mehta resonaron en la Primera Conferencia Ambiental sobre responsabilidad social en las Cuencas Matanza-Riachuelo y Reconquista (ver recuadro), que fue convocada por la Unión de Industriales para Saneamiento de esas cuencas (Uiscumarr). Es que las similitudes en materia de contaminación y de saneamiento –salvando las distancias– no son meras coincidencias.
Abogado de profesión y ambientalista comprometido por elección –desde mediados de los ’80–, Mehta ha hecho de la lucha para proteger el medio ambiente su misión, lo que lo ha llevado a cruzar fronteras. Sus casos ambientales se han traducido en protección del patrimonio natural y cultural de su país contra los efectos adversos de la contaminación.
“El río Ganges es parte integral de la identidad de la India, considerado como un río sagrado que desciende de los cielos, se ha reverenciado y adorado a lo largo de la civilización india. Este antiguo y magnífico río ahora está bajo amenaza debido a la construcción de represas hidroeléctricas en su curso superior, algo que será devastador para la ecología, la vida silvestre y las comunidades, ya que se irá haciendo un túnel en su cauce”, explicó el abogado ambientalista.
Mehta también comentó que “cuenca abajo, el río Ganges sufre los efectos de la deforestación y sigue siendo utilizado como un vertedero de residuos industriales y domésticos sin tratar”. Aunque advirtió que “en noviembre de 2008, el primer ministro de la India, Manmohan Singh, declaró al Ganges un río nacional y estableció una autoridad especial para atender a su limpieza. Sin embargo, hasta ahora no ha habido resultados totalmente visibles a la mejora de la situación de este curso de agua, porque se trata de un trabajo a muy largo plazo que podría llevar varias décadas hasta lograr su limpieza definitiva”.
El significativo río Ganges fluye por las llanuras del norte de la India hacia Bangladesh y culmina su largo viaje de 2510 kilómetros hasta llegar al delta de Sundarbans. En la actualidad, la contaminación extrema que sufre el río afecta a unos “400 millones de personas”, que viven en sus proximidades.
La Cuenca Matanza-Riachuelo y Reconquista, las dos más contaminadas de Argentina, y que se encuentran entre las 30 más contaminadas del mundo, afectan la calidad de vida de “más de 12 millones de personas”, a la vez que constituyen una “amenaza” para la economía de nuestro país.
Tal como el Ganges es símbolo para todos los habitantes de la India, el Riachuelo lo es para los habitantes del área metropolitana. Según señaló Mehta, tuvo “la posibilidad de recorrer en dos oportunidades la Cuenca Matanza-Riacuelo”, y el último lunes lo hizo junto a referentes de Uiscumarr. “Vi que toda la extensa Cuenca Matanza-Riachuelo está muy mal y aun como turista o visitante me sentí mal. Por ello, cuando hay cosas que no están funcionando de manera correcta y cuando la calidad ambiental es pobre, tengo el deber de señalar estos problemas”, expresó.
“Hay problemas alarmantes en toda la Cuenca Matanza-Riachuelo, que afectan la salud de quienes viven en sus márgenes y que son provocados por los desperdicios de las fábricas que utilizan grandes cantidades de cromo y otros componentes dañinos que no se controlan”, dijo Mehta.
“Responsabilidad social es respetar la ley. La única opción es colocar multas ambientales sobre las industrias y cerrarlas si no las acatan, como se hizo en la India, aunque aún falta mucho. Cumplir con la normativa nos llevó a cerrar 900 fábricas desde la década del ’80 hasta la actualidad”, expuso el abogado ambientalista. “En Calcuta, las fábricas se reubicaron en parques industriales de actividades afines y esa también sería una buena opción aquí”, agregó.
“Estoy en Argentina como ciudadano del mundo. El único objetivo es preocuparse por el cuidado del río hoy, porque si se trabaja con estos parámetros viviremos en un mundo mejor a corto plazo.”
Informe: Sabrina Améndola.
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