El fiscal Gerardo Loureyro y el abogado de la familia Catán solicitaron la prisión preventiva para Martín Santillán, imputado por “homicidio en contexto de violencia familiar” por haber prendido fuego a Fátima Catán y provocarle quemaduras en el 85 por ciento de su cuerpo en la casa que compartían en Villa Fiorito, Lomas de Zamora. El joven está detenido desde hace un mes. El juez Gabriel Vitale llamó a una audiencia para el miércoles a las 12 en la que las partes expondrán sus posturas.

Santillán quedó detenido hace exactamente un mes cuando se negó a hablar ante el fiscal en la declaración indagatoria. Aquel día no se animó a repetir la versión que había dado a la policía en calidad de testigo apenas abierta la investigación: que Fátima estaba limpiando un CD con alcohol, que encendió un cigarrillo y que el fuego se propagó por su cuerpo. Ese testimonio era calcado del de Eduardo Vásquez, ex baterista de Callejeros, asesino de su esposa Wanda Taddei. Vásquez mató a su esposa seis meses antes que Santillán incendiara a Fátima.

El pedido realizado por el fiscal y el abogado de la familia como particulares damnificados, Gabriel Juricih, es para que el acusado continúe preso. Sin embargo, a pedido de la defensa de Santillán, el juez Vitale llamó a realizar una audiencia oral y pública este miércoles al mediodía en los tribunales de Lomas de Zamora, en la que cada parte expondrá su postura. Allí se prevé que la defensa del imputado pida su libertad alegando “falta de pruebas”.

En tanto, la familia Santillán está siendo investigada. Es que el día del hecho, el 16 de agosto de 2010, Santillán llevó a Fátima hasta el Instituto del Quemado y avisó a la familia Catán. La joven, de 24 años, ingresó con el 85 por ciento de su cuerpo incinerado. “Siempre pensamos que Santillán iba a limpiar todas las pruebas, porque siempre pensamos que había sido él, así que con el comisario nos fuimos para la casa y lo descubrimos limpiando todo”, relató el padre de Fátima, Jesús.

En ese momento la casa quedó “totalmente limpia, ni olor a quemado había”, dijo Jesús, y además faltan una cámara filmadora, una computadora y los DVD donde se grababan, por cuestiones de seguridad, lo que ocurría en la casa. Los investigadores creen que allí quedó grabada la agresión hacia Fátima por parte de Santillán, y por eso “desapareció” del lugar.

Fátima, embarazada de cinco semanas, falleció después de tres días de agonía. El mes pasado, para concretar la detención de Santillán el juez Vitale no se limitó al momento del hecho sino que consideró denuncias realizadas por Fátima y testimonios de sus compañeras de trabajo y de un policía que la contuvo ante las golpizas que le propinaba su novio. Una en particular, en la que el efectivo de la Comisaría de la Familia lomense –según declaró ante la Justicia el mes pasado– le sugirió que lo dejara. Ese testimonio, para Vitale, fue el hilo conductor del resto de los otros relatos de los testigos. También tuvo en cuenta la historia clínica, donde el juez encontró “signos de defensa” porque las principales quemaduras las tenía en la cara posterior de las manos y en el pecho.

Antes de llegar a este punto de la causa, el fiscal Ramiro Varangot fue apartado del expediente y reemplazado por Loureyro. Es que, desde el inicio, sostuvo la carátula “averiguación de causales de muerte”, pese a que las pruebas siempre apuntaron que se trató de un homicidio.