SOCIEDAD › PEDRO FLORES, EL ENCARGADO DEL EDIFICIO DERRUMBADO, CUENTA COMO FUE LA TRAGEDIA QUE NO PUDO EVITAR

“Vi que delante de mis ojos explotaba todo”

Estaba trabajando con el gasista y a su pedido había subido al octavo piso. En ese lugar ya empezó a sentir olor a gas. Aquí, relata qué hizo después. Sobre el gasista contó que lo vio en la vereda. “Estaba llamando a la emergencia y después se fue con la chata”, dijo.

 Por Lorena Panzerini

Desde Rosario

“Voló todo delante de mis propios ojos. No tuve tiempo de avisarles”, repetía ayer Pedro Flores, entre lágrimas y la angustia que lo invade desde el martes. Tiene 47 años y hacía seis que trabajaba como encargado en el edificio de Salta 2141, que el martes explotó y terminó con la vida de al menos diez personas. “Bajé corriendo por las escaleras desde el octavo piso y cuando llegué al palier no se veía nada. Cuando vi al gasista le dije ‘acá va a morir gente’. Fue antes de que se subiera a la chata para irse. Y ahora esa gente está muerta, gente a la que yo quería, con la que compartía todos los días. Estoy con esas familias. Siento mucho lo que pasó”, lamentó.

Pedro relató paso a paso lo que sucedió desde la llegada del gasista, la mañana del trágico martes. “Se supone que tenía que cambiar el regulador de gas. Bajó sus herramientas, abrió la tapa principal de gas en la entrada del edificio y me dijo que iba a trabajar ahí”, recordó el padre de dos hijos, de 23 y 15 años.

Las palabras del portero, que vive en barrio Godoy, salen de corrido y mojadas por el llanto. “Me dijo que necesitaba un piso de arriba en el que se prendiera un calefón y que se terminara de consumir el gas, para saber si había cortado la llave. Subimos al departamento de Luisina –una de las mujeres que ayer continuaba en la lista de desaparecidos–, que estaba levantada porque había sacado a la perrita, y le pregunté si podía prender el calefón. Me dijo que sí. Después el gasista bajó. A los dos o tres minutos, sentí un escape de gas impresionante, muy impresionante, y automáticamente me di cuenta de que algo no estaba bien. El ruido era muy fuerte”, dijo sobre el zumbido que para algunos fue un aviso, una advertencia.

“Cuando salí al palier había un olor a gas impresionante y pensé que por el ascensor no haría tiempo. Seguí corriendo por las escaleras, con un olor que me enloquecía, y se me apareció la cara de mi hermano que falleció hace poco, como diciéndome andate de acá. Cuando llegué al palier me encontré con mucho humo oscuro: algo que nunca había visto. Sabía que estaba lleno de gas. Cuando salí a la calle corriendo, mientras pensaba si no era mejor ir al sótano, vi al gasista en la puerta hablando por teléfono y le dije que iba a morir gente. El me contestó que estaba llamando a la emergencia de Litoral Gas, pero que no le contestaban. ‘No me atienden’, me decía. Era todo tan aterrador, un chorro tan fuerte y no sé si se asustó o qué le pasó. Yo salí corriendo por calle Salta para gritarle a la gente y a los autos que se fueran; gritaba desesperadamente para que retrocedieran. Después vi que delante de mis ojos explotaba todo. Lo vi como una película, minuto a minuto. Tengo mucho dolor”, dijo, quebrado.

Pedro cree que el gas que respiró en las escaleras lo dejó “atontado”. “Después de la explosión quedé en un local donde venden cuadros, más cerca de Oroño, y me dijo el diariero que nos tiró la onda expansiva. Mi señora me dice que yo la llamé, pero no lo recuerdo, dice que le gritaba ‘el gas, el gas’.”

Fuentes judiciales indicaron que Pedro y los responsables de la administración Calvillo, de España 55, prestaron declaración en sede policial, aunque está previsto que lo hagan también ante el juez. El portero lamentó que “otros medios dijeron que la administración no tenía seguro. No es así, tienen los papeles en condiciones y es gente muy humana”, aseguró.

Al rememorar lo que sucedió días atrás, cuando ya había problemas con el gas del edificio de 62 departamentos, el encargado señaló: “Litoral Gas lo niega, pero el 24 de julio vinieron a cortar el gas. Ellos mismo dijeron que había que arreglar una pérdida, la arreglaron (un gasista particular) y se volvió a suministrar. Después, derivaron el cambio del regulador porque lo tiene que hacer el edificio, ya que había poca presión de gas”. Consultado sobre si Litoral Gas cortó el suministro para el cambio del regulador, el portero dijo que “se suponía que el gasista matriculado lo tenía que hacer porque creo que estaba habilitado para eso”; sin embargo, cuando se hizo la reparación, días antes, fue la empresa la encargada del corte y la posterior rehabilitación.

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Cuando el portero salió a la calle, empezó a gritar a la gente que se alejara del lugar.
Imagen: DyN
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