SOCIEDAD › PRUEBAN UNA INYECCION QUE DISMINUYE EL HAMBRE

Un avance contra la obesidad

El desarrollo de un medicamento para tratar la obesidad está cada vez más cerca. Investigadores británicos determinaron que las personas con esa enfermedad tienen un 30 por ciento menos del nivel normal de la hormona PYY3-36 que regula la sensación del hambre. Al inyectarle una dosis de esta sustancia, lograron reducir el apetito y el consumo de calorías de personas excedidas de peso durante un período de 24 horas. “El descubrimiento sugiere un nuevo tratamiento posible para millones de personas que padecen obesidad”, explicó el profesor Steve Bloom, coautor del estudio, que se publica hoy en la revista científica New England Journal of Medicine.
La investigación fue llevada adelante por un equipo del Imperial College de Londres y del hospital londinense de Hammersmith. “Hasta ahora se conocía la acción de la PYY3-36: segregada en el aparato digestivo, da señales de saciedad al cerebro. De todas las sustancias similares es la más potente. Lo importante de este descubrimiento es que es la primera vez que se la inyecta en humanos, que se demuestra que no tiene efectos secundarios adversos y que su efecto se extiende por un día. Se ha demostrado que otros inhibidores del apetito provocan vómitos y sería muy incómodo tener que inyectarlos cada 4 horas, por ejemplo”, destacó el médico Jorge Braguinsky, director del Posgrado de Nutrición de la Universidad del Salvador, al ser consultado por Página/12.
“La gente no se tiene que entusiasmar demasiado: todavía es un tratamiento experimental”, aconsejó Rosa Labanca, médica nutricionista, profesora de la UBA y miembro de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Obesidad. No obstante, destacó la trascendencia del estudio y señaló que “nos está indicando que en el corto plazo se podrá contar con un tratamiento efectivo para la obesidad”.
El estudio se llevó a cabo con 12 pacientes obesos y 12 con peso normal. La PYY3-36 se produce en el intestino y sus niveles aumentan después de comer y disminuyen cuando se está en ayunas. El tratamiento con esta hormona no sería muy distinto al que cumplen diabéticos que se autoadministran diariamente insulina. Pero pasarán no menos de cinco años antes de que llegue a las farmacias. Se estima que su costo será alto: alrededor de 28 euros cada inyección.
Paralelamente, hoy se publica en Nature otro trabajo que también permitirá avanzar en el estudio de la obesidad: a través de pruebas con ratones, científicos de la Universidad de California determinaron cómo un compuesto graso natural, llamado OEA (oleoletanolamida) actúa para que el cuerpo deje de comer.

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