Martín Ríos, conocido como el “tirador serial de Belgrano”, fue declarado inimputable –por segunda vez– en un nuevo juicio y el Tribunal Oral 26 ordenó que se mantenga la “medida de seguridad” que lo retiene en un establecimiento psiquiátrico del Servicio Penitenciario Federal (SPF), porque sigue siendo “peligroso para sí y para terceros”. El padre de Alfredo Marcenac, el joven que fue asesinado por Ríos en 2006, cuando atacó a balazos a un grupo de transeúntes en Cabildo y Juramento, se mostró contrariado por el nuevo fallo. Adrián Marcenac sostuvo que él y su familia se sienten “nuevamente estafados por el sistema judicial”. Al referirse en particular a los integrantes del Tribunal Oral Nº 26, Marta Yungano, Patricia Llerena y Eduardo Fernández, opinó que “estos jueces no pueden sacar el pie de la corporación médica”, en alusión a los peritos que consideraron que Ríos es inimputable. Mónica Bouyssede, la madre de Alfredo Marcenac, declaró que a su hijo “lo mató por primera vez Martín Ríos, por segunda vez el Tribunal Oral 12 (a cargo del primer juicio oral) y por tercera vez el Tribunal 26”.

La nueva absolución por inimputabilidad abarca el caso Marcenac y las personas heridas en ese ataque, como también las acusaciones que pesaban sobre Ríos por otras tres tentativas de homicidio, por casos ocurridos entre los años 2005 y 2006. Los jueces del Tribunal Nº 26 repitieron el fallo de sus pares del Tribunal Oral Nº 12 y consideraron que Ríos padece una enfermedad mental que le impide comprender la criminalidad de sus actos.

Con este nuevo fallo, Ríos volvió a evitar que lo trasladen a una cárcel común y seguirá internado en el módulo psiquiátrico del Hospital Penitenciario Central (HPC) del Complejo Penitenciario de Ezeiza, donde está bajo tratamiento. Eso se debe a que varias decenas de peritajes coincidieron en señalar que es un “psicótico esquizofrénico”.

Ríos estuvo presente en la lectura del fallo, que duró apenas cinco minutos, pero ayer por la mañana, cuando la presidenta del tribunal, Marta Yungano, le dio la posibilidad de expresar sus “últimas palabras” antes del veredicto, él se mantuvo en silencio. Lo habían llevado en una ambulancia del SPF hasta la sala de audiencias, en Paraguay 1536. Se lo vio con el cabello más largo y canoso, con barba crecida y luciendo un buzo polar de color rojo, pantalón beige y alpargatas. Su único gesto fue una sonrisa, dedicada a su madre, Mónica Díaz, que se sentó una fila detrás de la ubicación que tenían los periodistas.

En las dos jornadas previas al fallo, los Marcenac no ingresaron a la sala de audiencias, para expresar sus críticas a la Justicia. Aguardaron en la calle, con banderas y pancartas que pedían justicia. Ayer, la lectura del fallo fue presenciada por Adrián Marcenac y su otro hijo varón, Juan Enrique. Los acompañaba Sabrina Sangiao, quien fue baleada por Ríos en uno de los ataques.

Luego de escuchar el veredicto, Marcenac insistió en que Ríos “sabía exactamente lo que estaba haciendo y comprendía el daño que estaba generando”. La madre de la víctima, Mónica Bouyssede, aclaró que “no esperaba nada” de los jueces y que se resiste “ante tanta inmundicia”.

Marcenac intervino para señalar que “no tienen la valentía de leer el expediente. Lo que dice el expediente con claridad, lo que marcaron cada uno de los testigos de los hechos, las actuaciones previas de este asesino y su comportamiento posterior es que sabía lo que estaba haciendo”.

El padre del joven asesinado adelantó que esperarán hasta el 14 de julio, cuando el tribunal dará a conocer los argumentos del fallo, para decidir si apelan otra vez la absolución por inimputabilidad. Recalcó que la sentencia es “una vergüenza y una estafa procesal”. Pronosticó que el veredicto podría permitirle a Ríos “volver a la calle en un plazo perentorio”.

La madre recordó que el lunes se cumplen ocho años de la muerte de su hijo, que fue atacado por Ríos el 6 de julio de 2006 y falleció al día siguiente. Coincidió en que Ríos “va a volver a hacer daño a mucha gente más”. Insistió en que “les estamos pagando a jueces y a integrantes del Cuerpo Médico Forense y de los órganos de la Justicia para que sean ineficientes, incapaces y no hagan lo que tienen que hacer”.

Ríos había sido absuelto en 2009, cuando el Tribunal Oral Nº 12 lo declaró inimputable, pero en 2010 la Cámara Nacional de Casación anuló parcialmente el fallo y ordenó un nuevo debate. En esta segunda vez, sólo se trató la cuestión de la imputabilidad, ya que no caben dudas de que Ríos fue el agresor en todos los casos investigados.