Dos de los detenidos por el caso de la adolescente hallada muerta en un arroyo de José León Suárez el 23 de septiembre pasado fueron citados por ampliación de indagatoria, a su pedido. Según información de allegados a la defensa, uno de ellos aseguró que no había permanecido en el boliche con la joven la noche de su desaparición. El segundo rechazó cualquier vinculación con el hecho y con los otros imputados. Mientras se de-sarrollaban las indagatorias, el caso derivó en otro show mediático cuando un pai umbanda de quien circuló la versión de su detención, salió a clamar inocencia en una conferencia de prensa organizada en la propia casa donde se supone que permaneció la joven. Cuando finalizó la conferencia, la vivienda fue allanada por la Policía Científica. Al cierre de esta edición los uniformados continuaban dentro y el pai no había salido, ni libre ni esposado.

La policía llevaba horas en el templo umbanda de César Sánchez, el pai señalado supuestamente por un testimonio como padrino y encubridor de uno de los responsables por el crimen de Melina Romero, y también como dueño del lugar en el que podrían haber sucedido la violación y el asesinato de la joven. Los oficiales habían llegado al fin de la tarde, minutos después de que el pai César, en conferencia de prensa, con su vestimenta de credo y acompañado por su abogado, Roberto Damboriana, y acólitos, proclamara su inocencia. “Me siento un perejil más de esta causa”, aseguró Sánchez, vestido con una camisola blanca, y ante las cámaras de los canales de noticias, que transmitían en vivo y continuaron registrando hasta que los oficiales de la Policía Científica bonaerense ingresaran al lugar.

Durante la conferencia de prensa, Sánchez aseguró que no reconoce a “ningún Toto como hijo” del corazón –el testimonio que lo apuntaba aseguraba que Sánchez protegió a los agresores de Melina por esa relación–, negó conocer a los demás involucrados en la causa e insistió en su inocencia. “No tienen otro para involucrar. Algunas cosas sobre esta casa pueden coincidir. Tengo cortinas, tengo pasillo, pero si hubiera estado acá nunca se le hubiera pasado por alto el Cristo gigante que está en la entrada”, dijo Sánchez refiriéndose al testimonio.

Terminada la declaración voluntaria ante la prensa, oficiales de la Policía Científica de la Bonaerense se presentaron con un pedido de allanamiento para buscar pruebas en las instalaciones. El ingreso fue minuciosamente registrado por cámaras de televisión que, luego, entrada la noche, permanecían allí a la espera de novedades, pero sin más imágenes que vecinos del lugar curioseando en la puerta.

Allegados a Sánchez aseguraron que el pai “va a ir ante la fiscal y va a aclarar todo lo que tenga que aclarar”; mientras tanto, el abogado Damboriana afirmaba que los teléfonos celulares de su cliente estaban disponibles para que los investigadores pudieran peritarlos y cruzar sus datos con los del resto de los investigados.