SOCIEDAD › UNA INVESTIGACION REVELA EL TRAFICO DE ORGANOS EN EUROPA
Un negocio que no es leyenda urbana
Un informe del Parlamento Europeo detalla el creciente comercio ilegal de órganos. Las mafias operan en los países más pobres como Estonia, Bulgaria, Rusia y Ucrania, donde pagan a la población más joven alrededor de 3000 dólares por un riñón, que después revenden a precios exorbitantes.
Por Jeremy Laurance *
Desde Londres
Los sindicatos del crimen internacional están aprovechando la escasez de riñones disponibles para trasplantes en Europa, atraídos por las grandes ganancias que se pueden obtener con el tráfico de órganos humanos, de acuerdo con un informe. La demanda de riñones crece en todos los países occidentales a medida que más pacientes sufren de deficiencias renales y el abastecimiento de órganos decae. El informe encargado por la asamblea parlamentaria del Consejo de Europa pide que se tomen medidas enérgicas contra el tráfico ilegal. Dice que hay 40.000 pacientes esperando trasplantes en Europa occidental, de los cuales entre 15 y 30 por ciento morirán en la lista de espera.
El promedio de espera para un trasplante es de tres años y se cree que para 2010 aumentará a diez años. Los desesperados pacientes están dispuestos a gastar decenas de miles de libras y correr cualquier riesgo para salvar sus vidas. El precio que se le paga a la gente joven en Europa oriental por uno de sus riñones es de entre 2500 y 3000 dólares, dice el informe. Los pacientes receptores de riñones dicen haber pagado entre 100.000 y 200.000 dólares por un trasplante. En Gran Bretaña, los pacientes con deficiencias renales han viajado al exterior, principalmente a India, a comprar órganos. Una encuesta llevada a cabo en el Queen Elizabeth Hospital, Birmingham, reveló que 29 pacientes habían comprado riñones que habían sido trasplantados en el extranjero. En más de la mitad de los casos, el riñón fracasó, y un tercio de los pacientes murió.
Las redes del tráfico están apuntando a países pobres europeos tales como Estonia, Bulgaria, Turquía, Georgia, Rusia, Rumania, Moldavia y Ucrania. Moldavia, el país más pobre de Europa, donde el salario mensual promedio es menos de 50 dólares, es el principal blanco. El informe describe el caso de Lurie Sobetchi, de 21 años, de Moldavia, que fue convencido de vender uno de sus riñones por 7000 dólares. Fue trasladado a un hospital en Turquía, donde se llevó a cabo el trasplante en febrero de 2002. Su riñón fue vendido a un ruso que vivía en Israel. Después de la operación, Sobetchi denunció a los dos hombres que habían organizado el trasplante, un médico en el Hospital Clínico de la República en Chisinau, Moldavia, y su cómplice. Ambos hombres fueron arrestados.
Los donantes vivientes son cada vez más usados para trasplantes de riñón en el mundo, ya que los resultados son mejores para los receptores y los donantes pueden vivir vidas normales con un solo riñón, siempre y cuando tengan un buen cuidado médico. Pero el informe dice: “Es un asunto de gran preocupación que después de un trasplante ilegal, el estado de salud del donante generalmente empeora en un plazo medio, debido a la ausencia de algún tipo de seguimiento médico, trabajo físico exigido y un estilo de vida insalubre además de alimentación inadecuada y alto consumo de alcohol”. En Gran Bretaña, los cirujanos de trasplantes han pedido un debate sobre las donaciones pagas como una forma de aumentar el abastecimiento de órganos. Aunque la donación paga es considerada mayormente como no ética, un pequeño pero creciente número de cirujanos alrededor del mundo dice que la venta de órganos debería hacerse legal para mejorar el abastecimiento y para seguridad de aquellos involucrados, dada la desesperación de los pacientes y la disposición de los donantes de vender partes de sus cuerpos en el mercado negro.
John Dark, un cirujano de trasplantes del Hospital Freeman, Newcastle, consideró que es difícil establecer la diferencia moral entre el daño físico producido en alguien a quien se le paga por un riñón o se le paga por trabajar en fábricas en muy malas condiciones del Tercer Mundo. “El problema real es que pagar por un riñón significa infligir daño a alguien a cambio de una ganancia financiera. No tenemos problemas en causar daño a gente por motivos altruistas, por ejemplo, sacarle sangre. Pero haymontones de ejemplos donde se produce daño a la gente por la paga, al pedirles que trabajen en minas de carbón, por ejemplo”, señaló.
“Si un hombre pobre está tratando de mantener a su familia vendiendo un riñón, no hay diferencia con ponerlo a trabajar en turnos en una mina de diamantes. La sociedad ha evolucionado desde un lugar en el que era impensable pagar por dañar. Hoy lo estamos haciendo todos los días cuando compramos un par de zapatillas”, agregó. Pero Dark dijo que permitir el comercio “abriría una lata de gusanos” que debería evitarse fomentando el abastecimiento de órganos en otra forma.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.