Los vecinos del barrio La Esperanza, ubicado en Villa Soldati, hace alrededor de cuatro años que denuncian que las condiciones habitacionales son muy pobres. Tienen instalaciones de luz precarias, calles de tierra que se vuelven barro con los días de lluvia y no cuentan con servicios de agua potable y de recolección de residuos. Como el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no los reconoce institucionalmente y no les ofrece soluciones, se presentaron a reclamar ante la Justicia, que la semana pasada intimó a las autoridades a garantizar el suministro de agua y la recolección de basura diarios hasta que resuelvan de manera definitiva los problemas. Ayer, un solo camión cisterna enviado por el gobierno porteño se hizo presente en el lugar para abastecer a unas 500 personas. Chasco. Traía agua sucia.

La Esperanza es un asentamiento lindante a la autopista Héctor Cámpora y la avenida Riestra, que nació en 2009 como consecuencia del incendio de una manzana de Los Piletones. Según un censo realizado por los propios habitantes, en la actualidad vive medio millar de personas, de las cuales cerca de 200 son menores de edad.

“En 2010 se presentó el primer recurso de amparo y la Justicia intimó al gobierno a cumplir con la provisión de agua potable al barrio. Desde hace cuatro años que no cumplen”, explicó a Página/12 Joaquín Tuñez, abogado que representa a los vecinos del barrio.

Tuñez afirmó que “el Gobierno de la Ciudad se niega a reconocer al barrio y utiliza esto como argumento para no brindar ningún servicio. Los vecinos no tienen agua, no hay recolección de basura, lo que hace que esté lleno de ratas, y la conexión eléctrica es precaria, son cables tirados desde otros barrios. La situación en verano es complicada porque se junta mal olor y los vecinos sufren el calor”.

La urgencia más importante del barrio pasa por la provisión de agua potable, servicio con el que los vecinos no cuentan desde hace varios meses y que reemplazan con la compra esforzada de bidones. Ante la falta de respuestas, acudieron a la Justicia y el 12 de enero pasado el juez de feria Darío Reynoso, a cargo del Juzgado en lo Contencioso Administrativo 3, ordenó a la Ciudad garantizar el suministro de agua potable mediante la colocación de camiones cisterna, en el término de tres días desde la notificación judicial.

Sin embargo, ayer se presentó un camión de la Unidad de Gestión e Intervención Social (UGIS) que traía agua sucia. “Vino solo un camión, que no alcanza para abastecer a 500 personas, y tenía agua sucia, de color rojizo, que no era apta para el consumo. Es una falta de respeto a los vecinos que viven en una situación de precariedad y a las medidas del Poder Judicial de la Ciudad”, consideró el abogado.

Maribel Galloso, delegada del asentamiento, contó que “con el calor que hubo, y como vivimos con techos de chapa, un chico sufrió un cuadro de deshidratación. Están esperando que se muera alguien”. Además, indicó que, a modo de protesta, hoy a las 8 realizarán un corte en la intersección de la autopista Presidente Héctor Cámpora y avenida Riestra.

“Nos levantamos a la 3 de la mañana a juntar en un balde la poca agua que sale de la canilla, gota por gota, y con eso limpiamos la ropa y otras cuestiones”, describió.

Los habitantes de La Esperanza también realizaron una presentación judicial para que se garantice la recolección de residuos. El servicio se realizó excepcionalmente entre octubre y diciembre pasados, a través del Ministerio de Ambiente y Espacio Público, pero quedó suspendido, lo que provoca que la basura se acumule alrededor del barrio.

Sobre este punto, los vecinos también recibieron un guiño desde los tribunales. El 15 de enero el juez Reynoso pidió al gobierno porteño que constate la falta de recolección y “reanude el servicio de forma inmediata”. “El juez dispuso que el gobierno garantice el servicio diario de recolección de residuos pero no dispuso los límites ni la forma en que lo deben hacer, estamos a la espera de que la Ciudad cumpla”, agregó el letrado.

Informe: Gonzalo Olaberría