Un potente terremoto de magnitud 7,9 en escala Richter sacudió ayer Nepal. Las autoridades locales informaron que unas 1500 personas perdieron la vida y otras 1000 se encuentran heridas, aunque estas cifras podrían triplicarse a medida que avancen las horas y el trabajo de los equipos de rescate en distintas regiones del país. Los mayores daños se registraron en Katmandú, la capital, donde hubo al menos 524 víctimas fatales y se produjo el derrumbe de edificios antiguos, templos y monumentos importantes. En el monte Everest el sismo provocó una avalancha que mató a 13 alpinistas. También dejó más de 20 muertos en China, India y Bangladesh. La comunidad internacional mostró su apoyo y algunos países se movilizaron para ayudar a las víctimas de la peor catástrofe natural desde enero de 1934, cuando un temblor de una intensidad de 8,4 grados asoló Nepal y parte de la India y provocó cerca de 15 mil muertes.

Laxmi Dhakel, portavoz del Ministerio del Interior de Nepal, informó que, hasta el momento, se contabilizaron 1457 víctimas fatales y 1055 heridos por el terremoto. “Ha habido muertos en todas las regiones excepto en el extremo oeste. Todo nuestro personal de seguridad ha sido desplegado para rescatar y atender a los necesitados”, explicó Kamal Singh Bam, un portavoz de la policía nepalí.

El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) precisó que el sismo ocurrió alrededor del mediodía local, a 80 kilómetros en el noroeste de Katmandú, con una magnitud de 7,9 en la escala de Richter y una profundidad de 18 kilómetros. Tras el movimiento se produjeron al menos doce réplicas. Según el organismo, dos de ellas marcaron 5,5 y 6,6 grados y al menos cuatro más fueron iguales o superiores a 5 grados.

En varias zonas de Katmandú se produjeron derrumbes de edificios, grietas en las calles y miles de personas se dispusieron a pasar la noche en la calle ante el riesgo de colapso en otras estructuras. Todos los hospitales están en estado de emergencia, mientras el personal de los servicios públicos busca entre los escombros a posibles sobrevivientes.

El terremoto afectó particularmente templos y monumentos históricos. La Plaza Durbar y la emblemática Torre Dharahara de Katmandú, calificadas por la Unesco como Patrimonio Mundial de la Humanidad, quedaron reducidas a escombros. Además, cortó vías de acceso a la capital y causó daños en el aeropuerto internacional de Katmandú, que permaneció cerrado durante varias horas.

Una avalancha, producto del sismo, se produjo cerca del campamento base del Everest y mató a 13 alpinistas. Gyanendra Shresta, funcionario del Ministerio de Turismo en Katmandú, indicó que en el lugar se encontraban cientos de montañistas para trepar la cima más alta del mundo. El ejército indio rescató 13 cuerpos, todos extranjeros.

El terremoto duró entre treinta segundos y dos minutos, dependiendo del lugar, y se sintió en varias zonas del norte de India, confirmó Laxman Singh Rathore, director general del Departamento Meteorológico de India. Rathore aseguró que se produjo una réplica de magnitud 6,6 veinte minutos después del primer sismo. Al menos 26 personas murieron en el país, que se concentraron en el estado de Bihar.

Dos personas de nacionalidad china, entre ellas una mujer de 83 años, murieron en Tíbet como consecuencia del terremoto. El sismo también se sintió en varias regiones de Bangladesh y provocó escenas de pánico en la capital, Dacca. En una fábrica textil de Savar, en las afueras de Dacca, al menos cincuenta trabajadores resultaron heridos.

Estados Unidos anunció el envío de un equipo de rescate y el desbloqueo de un primer tramo de un millón de dólares para ayudar a las víctimas. Noruega prometió 3,5 millones de euros y precisó que “podría contribuir más”, indicó el ministro de Relaciones exteriores Borge Brende. Autoridades de Rusia, Alemania y Francia también se solidarizaron con las víctimas.