SOCIEDAD › TREINTA Y CINCO AñOS DE PRISIóN EFECTIVA PARA UN VIOLADOR SERIAL

Condena para reparar el dolor

En Mar del Plata, Claudio Napolitano, que en los ’90 había sido condenado por siete violaciones, recibió una nueva sentencia por otros siete abusos. Varias de sus víctimas declararon durante el debate oral, en el cual Napolitano asumió la culpa.

 Por Carlos Rodríguez

Un violador serial reincidente, que ya había ido a la cárcel en la década del ’90 por abusos sexuales reiterados, fue condenado nuevamente en Mar del Plata, esta vez a 35 años de prisión, acusado de haber violado y robado a siete mujeres. Claudio Napolitano, conocido como Pepino, de 46 años, solía seguir a sus víctimas cuando bajaban del colectivo y mediante amenazas las llevaba casi siempre al mismo descampado, donde cometió los abusos entre los años 2009 y 2013. “Estoy muy conforme con la sentencia, que me parece ejemplar ya que los hechos fueron terribles y eso se vivenció en esta audiencia, donde muchas de las víctimas tuvieron que ser asistidas en varias oportunidades”, declaró la fiscal María Isabel Sánchez, que había pedido que se aplicara una pena de 50 años de cárcel.

La sentencia del Tribunal Oral Nº4 de Mar del Plata fue “bien recibida por los familiares, las víctimas y por nosotras, como organización, porque estamos muy conformes con la condena”, dijo la psicóloga Patricia Gordon, presidenta de la ONG En Red Contra Violencia de Género, Abuso Sexual y Trato de Personas, que acompañó a las víctimas a lo largo del proceso judicial.

Durante la lectura de los fundamentos, los jueces Alfredo De Leonardis, Gustavo Frissore y Jorge Peralta relataron caso por caso cada una de las violaciones cometidas por el acusado. Tres de las víctimas que se encontraban en la sala, escuchando el fallo, tuvieron que ser asistidas porque se descompensaron. “La lectura fue larga y eso provocó mucha angustia”, explicó Gordon a los periodistas, que dado el carácter de los delitos y la presencia en el lugar de las víctimas tuvieron que permanecer fuera del recinto para no afectar su intimidad.

Sólo estuvieron los familiares y allegados a la causa; tampoco asistió el imputado Napolitano, por pedido de su abogado defensor, Lucas Tornini.

La fiscal Sánchez subrayó que los jueces aceptaron “cada uno de los agravantes” planteados por la parte acusadora y establecieron una pena de 35 años de prisión sin la posibilidad de pedir la libertad condicional. Esto significa que Napolitano “sólo podría acceder al beneficio de la libertad asistida seis meses antes del cumplimiento total” de su condena.

Sánchez comentó que durante el juicio se acercaron a la fiscalía personas que señalaron que Napolitano podría ser el autor de “otros dos hechos similares”, pero que como no fueron denunciados en su momento “no sería posible reunir pruebas genéticas” que lo incriminen. Sin embargo, estimó que si se reunieran pruebas coincidentes con el modus operandi de Napolitano “los casos podrían llegar a ser probados”.

El juicio oral comenzó el 7 de julio. En la primera audiencia, el defensor Lucas Tornini anticipó que no iba a cuestionar la autoría de los hechos por parte de Napolitano, acusado por los delitos de “robo agravado por uso de arma de fuego, cuya aptitud para el disparo no fue probada en concurso real con abuso sexual agravado con acceso carnal”. A pesar de ello, aclaró que iba a discutir el tema del abuso de arma de fuego y que iba a cuestionar el monto de la pena que se solicitara.

En sus últimas palabras ante el tribunal, Napolitano admitió ser el autor de las siete violaciones y aseguró: “No me da la cara para pedir perdón”. En 1996, Napolitano había sido condenado a 22 años de cárcel por otras siete violaciones cometidas en Mar del Plata durante la década del ’90. Por aplicación del dos por uno, recuperó la libertad en 2003, pero volvió a la cárcel el 10 de mayo de 2013 por los mismos delitos.

“Nos impactó mucho escuchar los siete relatos, donde se repetía el mismo modo de operar de Napolitano y el nivel de crudeza y crueldad. El propio imputado reconocía ante las víctimas que les estaba ‘cagando la vida’”, recordó Patricia Gordon. Como consecuencia del horror vivido, las víctimas han sufrido y sufren todavía “miedos, ataques de pánico, pesadillas, trastornos en la alimentación y en la vida sexual”. Una de ellas tuvo una crisis de llanto en pleno debate, cuando contó que ella nunca había tenido relaciones sexuales antes de sufrir la violación.

Gordon sostuvo que la condena “no es una venganza, sino la búsqueda de la reparación para las mujeres que fueron víctimas de tanta crueldad”. Gordon anticipó que desde la ONG van a “seguir asistiendo a las víctimas” brindándoles su apoyo dado que “comienza una página nueva en la vida de ellas, lo que es un verdadero período de reconstrucción”. Las mujeres abusadas se abrazaron en la puerta de los tribunales, una vez finalizada la lectura de la sentencia. Una de ellas, entre lágrimas, aseguró que “luego de escuchar el fallo” estaba “un poco más tranquila y conforme con este tribunal”. Agregó que cree que la sociedad “está tomando conciencia, dado que nadie quiere salir a la calle y tener miedo o pasar por lo que yo pasé”.

Compartir: 

Twitter

Patricia Gordon y una víctima, tras conocer el fallo.
Imagen: Gentileza Belén Cano
 
SOCIEDAD
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.