La Defensoría del Pueblo porteña había alertado sobre la falta de avance de las obras en mayo de este año. Un informe publicado por la dirección de Vivienda y Hábitat de la Defensoría –al que accedió Página/12– advertía que en ese momento “las condiciones edilicias del Conjunto Urbano demuestran la falta de mantenimiento y la ineficacia de las intervenciones parcializadas”. El alerta al Gobierno porteño fue claro: la Defensoría indicó que la situación “importa un grave riesgo para moradores y transeúntes”. Esta advertencia fue en mayo. En abril, el jefe de Gobierno electo, Horacio Rodríguez Larreta, estuvo en el complejo de Soldati para mostrar la fachada pintada de los edificios. “Terminó la obra”, aseguró.

Había una ley de 2001 que declaraba al complejo en emergencia edilicia, una acción judicial de 2009 y dos fallos, el último de la Cámara de apelaciones en abril de 2014 que obligaban al Gobierno porteño y al Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC) a hacer las reparaciones del complejo. Y también una advertencia de la Defensoría del Pueblo.

En plena campaña, el procesado jefe de Gobierno, Mauricio Macri, publicó una foto de los edificios recién pintados y escribió en su Facebook: “Hace dos años pusimos en marcha un plan de obras, que incluyeron pintura, colocación de luces, reparación de escaleras y tendido de gas”. Larreta fue al lugar y, entre globos, anunció: “Muchos de los vecinos me decían que no pueden creer, porque hacía años que se venía deteriorando. Se hicieron todos los edificios. Se acercaron hoy en un día de festejo, porque terminó la obra. Parece un sueño. Es un trabajo que hizo la gente del IVC con Emilio (Basavilbaso). Tenemos un equipo muy lindo de trabajo. Es una mejora enorme para la vida cotidiana de la gente de acá”.

Un mes después de ese acto de gestión/campaña, la Defensoría porteña publicó su informe en el que señaló que “las unidades funcionales se encuentran en pésimas condiciones de habitabilidad, al igual que los espacios comunes de los edificios”. Indicó que reciben permanentemente denuncias sobre diversos problemas en el complejo, como los cortes de gas o los cielorrasos que se llueven. “Otra de las situaciones recurrentemente denunciadas por los vecinos es la precariedad edilicia en que se encuentran los espacios comunes”, advirtió la Defensoría, que conduce Alejandro Amor. Una vecina había denunciado desprendimientos de mampostería, escaleras, pasillos y asesores “en grave estado, situación que importa un grave riesgo para los moradores y transeúntes” (ver aparte).

La Defensoría intimó al IVC e hizo una inspección, en la que encontró un sólo ascensor (de seis) en funcionamiento, pero “en pésimas condiciones de mantenimiento”. Sobre las escaleras, indicaron que “se encontraban en pésimo estado de conservación, presentado aberturas”, lo mismo que las ventanas y otras aberturas tanto en escaleras como en los pasillos que unen los edificios. “Implicaban riesgos potenciales de accidentes hacia los moradores y habitantes del complejo habitacional”, alertaba el informe. “Es de destacar que el IVC es el responsable por el mantenimiento del Complejo Habitacional Soldati. La ausencia estatal y la falta de ejecución de las tareas pertinentes para la rehabilitación edilicia integral del complejo, así como la falta de control de las tareas que encomienda a las empresas contratistas, derivaron en el desmejoramiento del Conjunto Urbano”, concluía el informe.