Unos 500 operarios de la empresa avícola Rasic Hermanos, que comercializa los pollos Cresta Roja, se manifestaron ayer con un corte en Avenida 9 de Julio, a la altura del Obelisco. Los trabajadores exigen a la empresa que efectúe el pago de sus salarios –que al momento se pagan en cuotas– en tiempo y forma, y que garantice la continuidad de los más de 4000 puestos de trabajo vigentes. Además, reclama al gobierno bonaerense que retome el envío de recursos para alimentar a las aves, ya que unos 9 millones de pollitos debieron ser sacrificados por falta de materia prima. Por la mañana, representantes del Ministerio de Trabajo recibieron a los delegados de la empresa para intentar resolver el conflicto, aunque “no se llegó a un acuerdo y mañana (por hoy) seguirán los cortes desde temprano, posiblemente en la autopista Riccheri”, informó la Comisión Interna de Cresta Roja.

Ayer, los empleados se concentraron en la planta faenadora de Ezeiza y se dirigieron a las oficinas del Ministerio de Trabajo, donde se reunieron para plantear sus reclamos. “Lo que más nos preocupa en este momento es la continuidad de los puestos de trabajo, pero para trabajar necesitamos tener alimento para los animales”, señaló a Página/12 Julio Gramajo, integrante de la Comisión Interna de Cresta Roja. Según Gramajo, la ayuda prometida por la Provincia es la única que podría resolver la crisis ya que “la empresa dice que no tiene más recursos, si el gobierno bonaerense no la ayuda, quiebra”. Desde el Ministerio de Trabajo, el grupo se trasladó a la zona de Obelisco, donde mantuvo el corte hasta pasadas las cinco de la tarde.

El conflicto comenzó hace más de dos años, pero se agudizó en enero, cuando la empresa manifestó no tener fondos para seguir alimentando a los animales –a causa de una deuda contraída años atrás– y el gobierno bonaerense dispuso su intervención. En ese momento, las autoridades de la Provincia de Buenos Aires se comprometieron a enviar 200 millones de pesos a la compañía, aunque al momento sólo se envió menos de la mitad de ese monto, según sostienen los trabajadores. “De esos 200 millones, sólo se transfirieron 100. El resto de los recursos son importantes para mantener los puestos de trabajo y evitar seguir perdiendo genética”, señaló Gramajo.

Además del pedido a la actual gestión de la provincia, los trabajadores se manifestaron preocupados por la intervención de Rasic a partir del 10 de diciembre. “No sabemos qué va a pasar durante la próxima gestión, pero esperamos que sigan dando fondos para que la empresa no quiebre”, declaró Carlos Ledesma, empleado de Rasic desde hace 24 años. “Si no encontramos respuestas con la gobernadora electa ,tendremos que seguir con este tipo de medidas”, añadió.