Un año después del doble femicidio de Romina Wilson, de 44 años, y su hija Abril, de 18, familiares, amigos y compañeros de trabajo de las víctimas se reunieron en el Congreso y cortaron la avenida Entre Ríos para reclamar justicia y homenajearlas. Los manifestantes repartieron fotos del acusado de cometer el crimen, Juan José Campos, quien era entonces pareja de Romina y se fugó desde el momento del crimen. Los presentes recordaron que resulta útil cualquier información sobre el hombre y pidieron mayor celeridad por parte de la Justicia para llevar adelante la causa y “evitar la impunidad”.

Después de una mañana lluviosa, un nutrido grupo de chicas de entre 18 y 26 años se reunió frente al Congreso, en las paradas de los colectivos. Todas estaban vestidas con remeras blancas que llevaban impresa la foto de Abril y su madre abrazadas. Las jóvenes desplegaron carteles y afiches escritos a mano de forma muy prolija y confeccionados sobre cartulinas de colores que se elevaban pegadas a unos cuantos bastones de danza árabe, actividad que era “la pasión de Abril”.

“Desde lo que sucedió empezamos a juntarnos algunas amigas de Abril pensando en qué era lo que podíamos hacer desde nuestro lugar para no quedarnos sólo en el dolor”, explicó Mercedes Villarreal, una de las amigas de Abril. “Nuestra bandera son Abril y Romi pero luchamos por todas esas mujeres que terminaron así”, amplió la joven.

Según Mercedes, la decisión del grupo es “no estar a la espera de que el femicida caiga de la nada preso, sino al contrario: activar cada vez más. A veces la gente se comunica para decir que lo vieron o habla con miedo de dar información, pero no tenemos certezas de donde está. La causa tiene muchas fojas, se hicieron cosas de forma desordenada y no vamos a parar hasta que avance”, concluyó la joven.

En la manifestación también estuvo presente Domingo, padre de Romina y abuelo de Abril. El hombre destacó el esfuerzo las amigas de su nieta, quienes “la llevan siempre en el corazón. Sólo nos queda tenerlas presentes cada día para que logremos obtener justicia”, concluyó el padre de Romina.

Florencia Vázquez era amiga de Abril desde los seis años. La joven estudiante de psicología “había hablado con Abril, que dijo que Juan José Campos era buena gente pero que era ‘celoso’ y le revisaba el celular a Romina, algo que una piensa que es normal”, contó la joven.

“Abril era una chica que amaba bailar árabe, que estaba empezando a cursar la carrera de Filosofía y Letras en la UBA cuando la mataron. Con ella aprendimos que hay señales que parecen normales pero que pueden terminar así. Queremos poder dar con él y que esto no pase nunca más”, concluyó.

Informe: María Fernanda Rezzano.