SOCIEDAD › FUE DETENIDO POR UN ASESINATO Y AHORA LO ACUSAN POR OTROS CUATRO

Cinco crímenes en ocho meses

Un joven de 26 años quedó imputado formalmente de cinco homicidios cometidos en las ciudades de Buenos Aires, Rosario y Salta, luego de que peritos balísticos comprobaran que la pistola 9 milímetros –registrada a su nombre– fue utilizada en todos los hechos. Tras un allanamiento a su domicilio, se hallaron pruebas incriminatorias que lo conectaban con otras muertes aún impunes. El acusado fue detenido el año pasado en la ciudad santiagueña de Frías por la muerte de dos hermanos rosarinos y el de un playero en el departamento salteño de Metán. A su turno, dos fiscales porteños aguardan su traslado para indagarlo por los crímenes de una masajista y de un comerciante chino. Familiares de las víctimas afirman que el asesino múltiple trababa amistad con aquéllas antes de ultimarlas.

La Justicia acusó a Javier Hernán Pino por cinco asesinatos cometidos en distintos puntos del país y en unos pocos meses. Pino permanecía arrestado en la provincia de Santiago del Estero, donde fue aprehendido el 25 de octubre del año pasado tras una orden de allanamiento a la casa que compartía con su novia. Allí se hallaron dos pistolas Taurus 9 milímetros, municiones, silenciadores, dinero, celulares, manojos de llaves y objetos que serían los que faltaban en los distintos escenarios del crimen, que involucraron al imputado de manera directa con todos los hechos.

La identificación de Pino se desprende del análisis de las vainas encontradas y el entrecruzamiento de datos del Sistema Nacional Automatizado de Identificación Balística (SAIB), que permitió establecer que los proyectiles utilizados en todos los hechos fueron disparados por la misma arma de fuego, propiedad del incriminado.

Con un intervalo de apenas ocho meses, ésta la cronología de la sucesión de crímenes por los que Pino está acusado.

* El 16 de febrero de 2015, un vecino del barrio de Balvanera pasó por el supermercado de Matheu 29, a metros de Rivadavia. Extrañado al ver que estaba cerrado, llamó al 911. La policía llegó al lugar y constató que la puerta de blíndex de ingreso al comercio estaba cerrada con llave, por lo que debieron romperla para poder acceder. Entre dos góndolas encontraron a Ni Qi Fu, un comerciante chino de 40 años, muerto de ocho balazos, cinco de ellos en el tórax. En principio se vinculó el crimen con la llamada “mafia china”. Los investigadores dijeron que esa mañana en el lugar del hecho el aire acondicionado estaba encendido, que el cuerpo había sido arrastrado unos metros y no faltaba dinero.

* El 15 de abril de ese año, en el barrio porteño de San Nicolás, el dueño del departamento A de la planta baja de Tucumán 1545 fue alertado por los vecinos por el olor nauseabundo que salía del inmueble. El hombre fue a la Comisaría 3ª –ubicada enfrente– y con personal policial ingresó a la vivienda. Allí encontraron muerta a la inquilina Claudia Marcela Sosa, de 32 años, asesinada siete días atrás de un disparo. En el lugar también se encontró una vaina calibre 9 milímetros, pero faltaban una notebook y un aparato para hacer masajes. En el marco de la investigación, Daniela, hermana de la víctima, negó que ésta ejerciera la prostitución y aseguró que “era una chica sana” que se dedicaba a vender “sushi” y a hacer masajes “con electrodos”. Por el hecho se dio intervención al Area de Acompañamiento de Víctimas de Violencia de Género. Daniela además dijo que “él (por Pino) estableció amistad con Claudia, se ganó su confianza y sabía que había dinero en su casa. Por eso le robó y después la mató”.

* En la madrugada del 13 de julio, en la localidad salteña de El Galpón, Ariel Ríos, de 28 años y playero de la única estación de servicio de ese pueblo de menos de 10 mil habitantes, fue ultimado de un tiro en la cabeza. No hubo resistencia por parte del empleado y a pocos metros algunos camioneros dormían en la playa de estacionamiento. Pino fue acusado además del robo de 70 mil pesos en esa estación de servicio del departamento de Metán, ubicada en el kilómetro 681 de la Ruta 16.

* El 16 de octubre de 2015, Mónica Pesce ingresó a su casa de Castro Barros al 5500, Rosario, y encontró asesinados a sus hijos Javier (de 26 años) y Agustina Ponisio (de 28). La chica tenía dos disparos en la cabeza y el hermano yacía con cuatro disparos en el descanso de la escalera. Faltaban 25 mil pesos. Al revisar las cámaras de seguridad de la zona, la madre reconoció el auto de Pino, a quien conocía como amigo de su hija.

Tras su extenso raid delictivo, Pino primero fue puesto a disposición de la Justicia salteña por el crimen de Ríos; luego se lo trasladó a Rosario, donde fue indagado por el crimen de los hermanos Ponisio. Desde la Justicia Nacional de Instrucción esperan su turno los fiscales porteños Justo Joaquín Rovira y Santiago Vismara, quienes también pretenden indagar al asesino múltiple en el marco de las investigaciones por los crímenes de Ni Qi Fu y de la masajista Sosa.

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Pino permanecía arrestado en Santiago del Estero, donde fue aprehendido el 25 de octubre pasado.
 
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