El consulado argentino en Río de Janeiro afirmó que los cuatro rugbiers detenidos en Brasil tras una pelea en un bar de esa ciudad están “en buen estado de salud” y permanecen alojados en un sector de extranjeros de la cárcel de Bangú. Ayer se presentó una revocatoria al juez que dictó prisión preventiva a los cuatro deportistas, acusados del delito de “lesiones graves”. Ahora la Justicia brasileña deberá decidir si hace lugar a la eximición de prisión. Los motivos de la aclaración consular tienen sentido: en la cárcel de Bangú estuvieron presos los narcotraficantes más buscados de Brasil.

El Complejo Penitenciario de Gericinó fue construido en 1987 en Bangú, en las afueras de Río de Janeiro. Considerado de “máxima seguridad” y uno de los más “insalubres” de Brasil, el presidio cuenta con 26 unidades carcelarias, aloja a hombres y mujeres, y recibe diariamente a cerca de 2 mil visitas de familiares de presos. En este lugar se encuentran Adrián Augusto Donato, Patricio Velázquez, Hernán Gabriel González y Tomás Fernández, los cuatro deportistas argentinos de entre 28 y 31 años.

“Están los cuatro juntos, pero separados del resto de los presos, que era una de las preocupaciones de todos. Estuvimos tres horas con ellos, los vimos bien”, aseguró el cónsul general argentino en Río de Janeiro Marcelo Ignacio Bertoldi, que los visitó el último domingo junto al entrenador de Los Cedros, Pablo Di Nisio. El cónsul contó que los detenidos “están muy preocupados por la situación que les toca vivir”, que los abogados que los representan son varios y que si la Justicia brasileña hace lugar a la excarcelación de los rugbiers, “no será antes del miércoles o jueves”.

Por su parte, Pablo Di Nisio, DT de Los Cedros, afirmó que a los jugadores “los vi bien, medicados, en un lugar seguro. Estábamos preocupados porque no sabíamos dónde los tenían detenidos. Agradecemos al consulado que estuvo desde el primer momento con nosotros”. Sobre el altercado ocurrido el viernes último en el boliche Palaphita Kitch del barrio Gávea de Río de Janeiro, expresó que sus jugadores “sabían de la peligrosidad que implica meterse en una pelea en un bar de Brasil. El error fue no haber agotado todas las instancias para evitarla. No hay que poner excusas, el resultado fue desafortunado, para el policía agredido y para los chicos”.

En la pelea, el agente de policía Gustavo Ribeiro, que estaba de civil, sufrió fractura en el maxilar y la rotura de un diente, y denunció a los rugbiers argentinos por “lesiones corporales graves” y “desacato”.

Cabe destacar que Los Cedros de Malvinas Argentinas, que compite en el Grupo III de la Unión de Rugby de Buenos Aires, estaba disputando una serie de encuentros amistosos en Brasil. En diálogo con Página/12, su capitán Fernando Migliardi, que regresó el lunes de Río junto con el resto del equipo, señaló: “Fue una situación lamentable; estábamos llevando una pretemporada magnífica, pero la rivalidad entre brasileños y argentinos siempre genera hostilidades. Y Río es una ciudad brava. Los chicos sólo salieron a divertirse, tomar algo con alguna chica, normal. Y los que provocaron también estaban en la misma fiesta. No es que le pegamos a la autoridad: fue un malentendido. No quiero que se ensañen con los chicos”.

Como consecuencia de la gresca, siete argentinos fueron apresados por el juez Marcello Baptista. Pero Ignacio Iturraspe, Matías Tapia y Fermín Ibarra recuperaron su libertad horas después y ya podrían volver al país, en tanto resuelvan su situación procesal. Por último, familiares de los rugbiers detenidos viajaron a Brasil para seguir de cerca la causa.