SOCIEDAD
Las hipótesis del caso Rodríguez apuntan a un secuestro planificado
Los investigadores creen que la banda que capturó al suegro de Susana Giménez tiene alta organización. Hubo un llamado en la Nochebuena para decir que Ernesto Rodríguez se encuentra bien.
A casi tres días del secuestro del padre de Jorge “Corcho” Rodríguez, los investigadores determinaron que lo secuestraron en un Renault Clío que fue robado hace veinte días. Ese indicio, más la suma pedida por el rescate –900 mil dólares– alientan las sospechas de que el secuestro habría sido planificado con mucha anticipación y que Ernesto Rodríguez está en manos de una banda organizada. La División Delitos Complejos de la Federal considera que las negociaciones, y por lo tanto el cautiverio, “van para largo”. El criterio no lo comparten, en cambio, otras de la fuentes de la investigación consultadas por este diario: consideran que las negociaciones podrían concluirse en el corto plazo.
El Renault Clío es una de las piezas que investiga en este momento Jorge Sica, de la fiscalía federal de San Martín, que está al frente de las pesquisas. El Clío es un auto gris con vidrios polarizados con el que la banda secuestró al padre del empresario el martes pasado a las 7.30 de la mañana en el kilómetro 41,5 de la Autopista del Oeste, en General Rodríguez. Poco más tarde y a pocos metros del lugar, la banda abandonó el auto, que en este momento está alojado en la Delegación Departamental de Investigaciones de Mercedes, donde fue sometido a las primeras pericias.
Los investigadores a cargo del caso ahora están detrás de las denuncias del robo del auto y de su dueña, una mujer de San Miguel. Están convencidos de que podrían encontrar ahí pistas sobre los autores y sobre la banda que tiene prisionero al padre del empresario.
Desde el comienzo del secuestro, hubo al menos dos comunicaciones con los familiares. La primera vez fue horas después de la captura. Una llamada entró a la casaquinta de Ernesto, ubicada en el kilómetro 51,5 de la autopista del Oeste. Un hermano suyo atendió el teléfono y recibió el mensaje del pedido de rescate. Durante la Nochebuena habría llegado la segunda llamada. Los captores no dieron los saludos de Navidad, pero le aseguraron a su familia que Ernesto estaba bien de salud. A los 74 años, el padre del Corcho sufre una patología cardíaca por la que necesita un tratamiento especial con medicamentos.
Irma, su mujer, es otro de los puntos importantes de la investigación. Estaba en el VW Polo Blanco de Ernesto en el momento del secuestro, pero los captores optaron por dejarla partir de inmediato. En este momento, quienes están detrás de las pistas creen que la soltaron para que pudiese trasmitir algún mensaje. Antes de bajarla del auto le advirtieron: “Andá y empezá a juntar plata”. La certeza de que la mujer tenga en manos algún otro mensaje aún no está confirmada. Irma aún no pudo declarar porque está bajo estado de shock emocional desde el incidente.
La noticia del secuestro y sus derivaciones provocaron conmoción en la órbita del gobierno nacional. El martes mismo, el presidente Néstor Kirchner se comunicó con el gobernador Felipe Solá para analizar las consecuencias de un caso que definieron como “caso especial”. A partir de ese momento y hasta ahora, hubo contactos entre la Secretaría de Seguridad Interior de Norberto Quantin y el ministro de Seguridad de la provincia Raúl Rivara. Durante el día de ayer se conocieron las sospechas de que el secuestro habría sido planificado. Hay versiones, incluso, que indican que hace un mes el padre del Corcho Rodríguez sufrió un intento de secuestro. “Una banda que se juega a secuestrar a este hombre, y en plena Navidad, debe tener la suficiente logística como para mantener a la víctima en cautiverio el tiempo que sea necesario”, conjeturó un investigador consultado por Télam.