La costa de la ciudad de Santa Fe se encuentra en emergencia por la crecida del Paraná y las lluvias que no frenan su intensidad. Desde hace semanas, la vida cotidiana de alrededor de 40 mil personas se encuentra colapsada en la denominada Costa Santafesina. Calles intransitables, ausentismo escolar, riesgo de contaminación, acumulación de malezas y anegamientos en terrenos y casas complican son el escenario cotidiano, donde el 60 por ciento de la zona productiva continúa bajo el agua y con pérdidas millonarias.

La Confederación de Asociaciones Rurales (Carsfe) estimó en “unos 2500 millones de dólares” las pérdidas del sector agropecuario. Mientras la ayuda a numerosas familias prácticamente aisladas de distintos poblados correntinos sólo se puede efectuar con lanchas o helicópteros, en Chaco son más de 8400 las personas afectadas por las inundaciones.

La crecida del río Paraná y las lluvias intensas provocaron estragos en la denominada Costa Santafesina, situada a la vera de la ruta provincial 1, que en su primer tramo abarca los barrios La Guardia y Colastiné, de Santa Fe, la ciudad de San José del Rincón y la comuna de Arroyo Leyes. La zona se caracteriza por la belleza del paisaje natural, con calles de arena y poblaciones enmarcadas en el oeste por la laguna Setúbal y en el este por los ríos del sistema Paraná, pero carece de agua corriente –salvo el casco antiguo de Rincón–, de redes de gas natural y de cloacas.

La explosión demográfica experimentada en la zona en los últimos diez años provocó un aumento de la actividad comercial y de servicios. Pero la falta de planificación intensificó carencias. El diagnóstico del problema de las inundaciones es la nula capacidad de absorción del suelo, por lo que ante el drama de los anegamientos los vecinos deben dejar sus autos en la ruta y transitar a pie calles bajo agua, muchos niños no pueden concurrir a la escuela y el acceso a las barriadas está vedado tanto para patrulleros policiales como para ambulancias, además de dificultar el reparto de mercaderías para los comercios.

Ante la problemática de napas saturadas que impiden el escurrimiento pluvial, Oscar Signe, titular de la vecinal de Colastiné Norte, consideró que en el caso del municipio de Santa Fe “hay que hablar de desidia”, porque “aquí sólo tienen que recoger los residuos y mantener las calles, y lo hacen en forma deficiente”. Para el vecinalista, “no se hacen las obras de infraestructura para prevenir los problemas en épocas de lluvias” y “hay ausencia notoria del Estado”. “El municipio sólo invierte el 10 por ciento de lo que recauda en la Costa Santafesina por patentes de negocios, tasas de inmuebles o finales de obra, y con el dinero que aportamos desde aquí al municipio podríamos comprar una motoniveladora por mes”, graficó Signe.

Milagros, vecina del barrio Jardines de la Costa de Arroyo Leyes, contó que lo cotidiano “se complicó a todo nivel” por los anegamientos, y criticó la política de desagote de los reservorios, “que de haberse hecho correctamente hubiese atenuado en gran parte el impacto de las lluvias”. Por su parte, desde el Distrito Municipal La Costa admitieron que “los vecinos tienen derecho a sentirse decepcionados”, pero no obstante remarcaron que “las condiciones no ayudan: las napas están saturadas desde diciembre y el agua no escurre”.

Asimismo, en Entre Ríos, el gobernador Gustavo Bordet dijo que “la situación es muy compleja” y declaró “zona de desastre para los sectores productivos que sufrieron inundaciones, sobre todo el sector lácteo y el sector de granos con la cosecha gruesa, que no se puede levantar”.

Por último, el Servicio Meteorológico Nacional anunció que las lluvias en la Región Mesopotámica continuarán al menos hasta mañana y estarán acompañadas por un fuerte descenso de la temperatura, que podría llegar a complicar aún más la situación de las decenas de miles de evacuados.