“Lo que pasó en Argentina era prevenible”, afirma Julián Quintero, sociólogo colombiano, consultor en drogas psicoativas. Se refiere a las muertes de los cinco jóvenes luego de ingerir pastillas con sustancias todavía no determinadas en la fiesta electrónica Time Warp, en Costa Salguero. En Colombia, Quintero lidera desde 2008 uno de los proyectos de reducción de daños y riesgos en consumo de drogas legales e ilegales más reconocidos en Latinoamérica, un modelo con perspectiva de salud pública, al que miran los enfoques más progresistas en la temática, en línea con el decreto aprobado en Rosario. El proyecto nació como una iniciativa piloto con el Ministerio de Protección Social del gobierno de Colombia y lo lleva adelante la ONG Acción Técnica Social, que él dirige. “Partimos de la base de que hay personas que han tomado la decisión de consumir y por esa razón nos interesa su salud física y mental para que el consumo no se convierta en un problema para el individuo, la sociedad y el entorno”, explica.

Uno de los programas que lleva adelante ATS, con financiamiento oficial, se llama “Echale cabeza cuando se dé en la cabeza”. Se trata de una experiencia que busca generar y difundir información sobre sustancias psicoactivas (SPA) para la reducción de riesgo y mitigación de daño. “Está orientada a promover y fortalecer la capacidad de decisión y respuesta de la población joven vulnerable y no vulnerable frente al consumo, así como la generación de prácticas de autocuidado hacia personas usuarias no problemáticas de estas sustancias. La idea es estimular una cultura de la gestión de riesgo y placer, sin importar si se habla de sustancias legales, ilegales, comportamientos sexuales o hábitos de baile”, detalla Quintero, desde Nueva York, donde estuvo siguiendo los debates de la Sesión Especial de la Asamblea General de la ONU sobre drogas, que finalizó el jueves.

–¿Qué tipo de estrategias implementan? –preguntó Página/12.

–Nosotros vamos a los festivales de hip hop, punk, metal música. Fiestas públicas o privadas. Lo que hay que pensar es cómo se abordan esos espacios recreativos, de presencia masiva, donde hay consumos y un alto porcentaje de sustancias psicoactivas. En el caso concreto de la música electrónica, se debe llamar la atención sobre varias cosas. Ofrecemos servicios de análisis de sustancias, para el cuidado de la salud de los consumidores. Disponemos de una zona de recuperación para el manejo de situaciones de crisis, para que la gente pueda bajar de malos viajes. Llevamos un stand informativo con librillos sobre efectos, riesgos y daños de las drogas. Con toda esa información publicamos alertas tempranos cuando hay sustancias adulteradas o tóxicas. Lo que hay que hacer es informar al personal de hospitales para que aprendan a tratar estas cosas. Hay que regular este tipo de fiestas. Lo que mató a esos muchachos en Buenos Aires fue la falta de agua y de aire y esas pastillas Superman, con las cuales ya hubo casos de sobredosis. A veces se piensa que los jóvenes ricos no necesitan ayuda. Este tipo de proyectos necesariamente los tiene que desarrollar la sociedad civil, con el apoyo de los gobiernos. Es una estrategia a partir de la interacción con los pares. Si se presenta un policía o un médico con sus respectivos uniformes, nadie se va a acercar a un stand para testear pastillas. Lo que pasó en Argentina era prevenible. Deben desmontarse el pelo de que esto no está sucediendo: esto está pasando y mata gente y es tan sencillo evitarlo.

En la página web del proyecto www.echalecabeza.com se detallan las distintas patas del proyecto. Por ejemplo, se explica cuánto tiempo dura en el cuerpo el efecto de los distintos tipos de drogas ilícitas y cuanto se requiere para eliminarlas, las características de cada sustancia, sus efectos, sus riesgos asociados, la nutrición recomendada en cada caso, como contrarrestar daños, qué hacer frente a situaciones de intoxicación, y hasta curiosidades de su historia. “Recuerda: la idea es pasarla rico, el uso de las sustancias psicoactivas (SPA) legales e ilegales con el fin de lograr estados alterados de conciencia en espacios recreativos, debe ser cuidadoso y responsable. Mantener la conciencia y el control sobre tus actos debe ser siempre la prioridad”, advierten en el sitio. La idea, explica, es que “cualquier persona no consumidora cuente con argumentos reales, veraces y objetivos para respaldar su posición y que usuarias y usuarios, a partir de un ejercicio de autorregulación fortalecido por la disponibilidad de información sin sesgo, eviten incurrir en comportamientos que amplíen sus rangos de vulnerabilidad frente a los diferentes riesgos y daños asociados al consumo de SPA, con transición a condiciones de dependencia o problemático”.