SOCIEDAD

Solá niega que haya zona liberada pero admite una pata policial

El gobernador bonaerense dijo que en el caso del secuestro y la liberación inmediata del ex presidente de Estudiantes pudo haber participado un policía en actividad o en retiro. Sin novedades en el caso Rodríguez.

Mientras se aguardaba para este fin de semana una definición –pago del rescate y liberación– del secuestro de Ernesto Rodríguez, padre del empresario Jorge “Corcho” Rodríguez, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Felipe Solá, admitió como posible que en ese caso y en el del ex presidente de Estudiantes de La Plata, Daniel de la Fuente, haya participado “algún policía o ex policía”. De todas maneras, ante la denuncia pública formulada por De la Fuente en ese sentido, el mandatario bonaerense negó “totalmente” la posibilidad de que existan “zonas liberadas” por la policía para permitir el accionar de las bandas de secuestradores. Solá justificó que en el caso Rodríguez intervenga un fiscal federal, Jorge Sica, y personal de Delitos Complejos de la Policía Federal, relegando en el caso a la siempre cuestionada Policía Bonaerense. Luego de aclarar que no sentía que se tratara de una “discriminación”, de todos modos reclamó para la policía provincial al menos un rol “adicional” en la tarea investigativa. Anoche se supo que los secuestradores de Rodríguez tuvieron un nuevo contacto telefónico con la familia para “ajustar el monto del rescate”, estimaron fuentes policiales.
Solá recordó que los secuestros “son un delito federal en el que intervienen los fiscales federales” y acotó que en el caso particular de Rodríguez la primera denuncia se hizo en la Capital Federal “porque allí se produjo el primer llamado a una hermana del Corcho Rodríguez”. De todos modos, la causa fue derivada luego a la Fiscalía Federal de San Martín, a cargo de Sica, quien prefirió dejar la investigación en manos de la Federal y de la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE), relegando a un oscuro tercer plano a la Bonaerense.
El gobernador bonaerense citó, dentro de la tarea “adicional” que pidió para la policía provincial, la importancia de “los cruces telefónicos, en los que actúa” en forma habitual la fuerza de su jurisdicción. Ante una consulta sobre las sospechas de una intervención policial en los dos últimos secuestros importantes, el funcionario no la descartó. “Es una posibilidad que se refiere, sobre todo, a gente que fue policía. No lo descartamos”, dijo Solá. El gobernador aclaró que decir “no la descarto” significa abrir todas las hipótesis dado que “no se puede investigar con prejuicios, diciendo esto o aquello no puede ser”.
Solá admitió que el impacto producido por los secuestros extorsivos en la provincia constituye “una de las presiones” más importantes sobre su gestión, pero negó que haya “zonas liberadas” por la policía. “Lo desmiento totalmente”, subrayó. El gobernador consideró que es más fácil enfrentar un secuestro como el del padre del Corcho Rodríguez porque se supone que hay detrás “una banda profesional que se dedica a eso y sabe lo que hace”. Es más difícil, aseguró, cuando se producen “secuestros al azar, al ‘boleo’, porque ellos generan mucha más sensación de inseguridad”, dado que cualquier persona puede ser víctima de un hecho así.
Es más preocupante, según Solá, “que en las calles se pueda secuestrar por un rato a un tipo y largarlo por ahí, porque eso significa una falta de control en la calle”. Distinto es cuando se trata de “una operación largamente planeada, hecha por lo que siempre llamamos profesionales”. Sobre el caso del ex presidente de Estudiantes de La Plata, estimó que intervino una banda “muy profesional, con un accionar de relojería, en la que no descarto que haya habido algún policía o ex policía”.
El mandatario dijo que los delincuentes “tenían muchísima información previa sobre cada movimiento” de la familia y afirmó que el hecho pudo concretarse a pesar de que “había policías patrullando las calles de la zona”. Solá contradijo a De la Fuente, quien sostuvo que cuando estaba en manos de los secuestradores “nunca nos cruzamos con patrulleros”. Por eso interpretó que había una “zona liberada” por la policía. Diez hombres armados lo secuestraron en su casa de Villa Elisa, donde participaba de una fiesta de Navidad, lo llevaron hasta una casa de cambio, le sustrajeron 60 mil pesos y después lo dejaron en libertad en una zona despoblada de Florencio Varela.
Respecto del secuestro del padre de Jorge Rodríguez, fuentes de la investigación dijeron a Página/12 que “este fin de semana podría haber una definición, ya que estaría casi acordado el pago del rescate y sólo falta un nuevo y decisivo llamado telefónico”. En el caso se produjeron muy pocos contactos entre la banda y la familia Rodríguez, pero igual se piensa que “la negociación está avanzada y próxima a una solución”. Anoche se dijo que los secuestradores habían mantenido un breve contacto telefónico con la familia “para ajustar el monto del rescate”. Al principio se había pedido la suma de 900 mil dólares, pero luego el monto había bajado hasta una suma intermedia entre los 200 y los 300 mil.

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“No se puede investigar con prejuicios, diciendo esto o aquello no puede ser”, opinó Solá.
 
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