Rosa Bru, la madre del estudiante de periodismo Miguel Bru, asesinado bajo tortura policial y desaparecido hace 23 años, se encadenó ayer en los tribunales penales de La Plata para reclamar que el fiscal Fernando Cartasegna sea apartado de la causa por la búsqueda del cuerpo de su hijo.

Acompañada por otras madres cuyos hijos también fueron víctimas de la violencia policial, Rosa Bru se encadenó sobre las escaleras de los tribunales platenses.

La madre de Miguel explicó que eligió encadenarse ayer por tratarse de un “día simbólico” –el 17 de agosto de 1993, Miguel Bru era torturado hasta la muerte en la comisaría 9ª de La Plata– y no descartó volver a hacerlo. Rosa sólo se quito las cadenas al mediodía para ingresar en el edificio y hacer entrega de un requerimiento de audiencia.

Por la tarde, a las 19 horas, se inició una vigilia por el aniversario de la desaparición de Miguel, frente a la comisaría donde estuvo detenido, ubicada en las calles 5 y 59 de La Plata, y que continuaría durante hasta las dos de la madrugada.

“Queremos que el fiscal Fernando Cartasegna se excuse, aunque él no se va a excusar porque ya me lo ha dicho más de una vez. Nosotros necesitamos que esto cambie de fiscal porque no le interesa la búsqueda de Miguel y ahora eso depende del fiscal general”, dijo Rosa Bru. La mujer también adelantó que, para lograr cambiar al fiscal del caso, hará la presentación de un petitorio con firmas al fiscal general.

“Hemos estado con la Procuradora de la Suprema Corte, María del Carmen Falbo, y ella no sabe qué hacer, dice que (Cartasegna) es un buen fiscal. También dijo que la responsabilidad es del fiscal general y de ahí es que estamos pidiendo audiencia”, agregó.

“Nosotros necesitamos que esto cambie porque al fiscal no le interesa la búsqueda de Miguel, lo demostró en muchísimas oportunidades, ha descartado por sí solo la posibilidad de investigar datos”, advirtió Rosa.

Para ejemplificar, contó que “hace siete meses llegó el dato de un señor que aportaba información, hicieron una investigación simbólica, la fiscalía ordenó una investigación y sacaron fotos a un montón de follaje del río que no indica nada. Se necesita más información de ese testigo. Cuando se dirigen a la causa para ver cómo contactar a ese testigo, no le habían tomado ni el teléfono ni los datos. La responsabilidad no es de la instructora, es del fiscal de la causa”, Fernando Cartasegna.

Por su parte, la Comisión Provincial por la Memoria expresó su solidaridad en el comunicado “ Al cumplirse 23 años de la desaparición de Miguel Bru”. “La Comisión Provincial por la Memoria se solidariza con Rosa, acompaña su lucha y exige mayor celeridad de la justicia para que la familia pueda llegar a la verdad y se termine de condenar el entramado de complicidades y silencios de la Policía Bonaerense y la justicia provincial que rodearon el asesinato y desaparición de Miguel”, indicó la entidad en el texto.

En agosto de 1993, Miguel Bru denunció un allanamiento ilegal en su casa por parte de los uniformados de la comisaría 9ª y desde ese momento comenzó a ser amenazado y hostigado para que retirara la denuncia. El 17 de agosto del mismo año, fue secuestrado cerca de la localidad de Bavio. Los testimonios de varios detenidos y los peritajes en el libro de guardia de la comisaría 9ª permitieron comprobar que estuvo ingresado en esa seccional entre las 19 y las 20, y que allí fue visto por última vez mientras era torturado. En 1999 los policías Walter Abrigo y Justo López fueron condenados a prisión perpetua como autores materiales del crimen. En el mismo juicio recibieron una pena de tres años el comisario Juan Domingo Ojeda y el suboficial Ramón Cerecetto. Otros tres oficiales fueron imputados por el crimen el mismo año, pero la causa fue archivada en 2004 sin producir sanciones.