Sábado, 20 de agosto de 2016 | Hoy
SOCIEDAD › ENTREVISTA A LA EXPERTA CANADIENSE EN JUSTICIA Y GENERO REBECA COOK
La catedrática, que llegó a la Argentina para dictar clases, disertó sobre las instituciones del Estado y los prejuicios sexistas que cristalizan en ellas y sus decisiones. “Los estereotipos son la tecnología del prejuicio”, definió.
Por Mariana Carbajal
“Es un caso realmente terrible”, sintetizó la jurista reconocida internacionalmente Rebeca Cook cuando Página/12 le preguntó sobre la condena a 8 años de cárcel por homicidio doblemente agravado por el vínculo y alevosía dictada a Belén, tras sufrir un aborto espontáneo en un hospital tucumano. Cook es profesora emérita y codirectora del Programa Internacional de Derecho en Salud Sexual y Reproductiva de la Facultad de Derecho de la Universidad de Toronto y brindó en la Defensoría General de la Nación (DGN) una conferencia sobre estereotipos de género sobre mujeres en conflicto con la ley penal. En diálogo con este diario, consideró que a la joven tucumana se la criminaliza por ser pobre y por haber sufrido la pérdida de un embarazo. “El Estado reposa en los prejuicios para imponer la decisión judicial responsabilizando a las mujeres: Tanto cuando son víctimas de abuso sexual o cuando tienen un aborto espontáneo se las debe castigar. Las presunciones sesgadas validan las prácticas discriminatorias a la vez que borran su naturaleza discriminatoria”, analizó Cook. Y definió: “La estereotipación es la tecnología del prejuicio, (porque) es la forma más rápida para diseminar los prejuicios”.
La exposición fue organizada por la Facultad de Derecho de la Universidad Di Tella, el Observatorio de Género del Consejo de la Magistratura de la ciudad de Buenos Aires y la propia DGN. Durante la charla, Cook analizó los prejuicios y estereotipos de género que se ponen en juego sobre las mujeres en conflicto con la ley penal y expuso sobre la metodología para su análisis desarrollada en el libro del cual es coautora, Gender Stereotyping: Transnational Legal Perspectives (Estereotipos de Género: Perspectivas Legales Transnacionales). Con el estudio de diversos casos, en distintos países, el libro se enfoca en cómo la Justicia, con fallos con perspectiva de derechos y enfoque de género, puede eliminar la estereotipación sobre las mujeres. Cook vino al país invitada por la Universidad Di Tella, donde dará un seminario. Es profesora en la Facultad de Derecho, la Facultad de Medicina y el Centro Asociado de Bioética de la Universidad de Toronto, y coeditora en asuntos legales y éticos de la revista International Journal of Gynecology and Obstetrics y forma parte de los consejos asesores de las publicaciones Human Rights Quarterly y Reproductive Health Matters. Ha sido perito ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos y sus textos fueron traducidos al francés, árabe, y español, entre otros idiomas.
–¿Cómo desarmar los estereotipos y prejuicios sobre las mujeres entre médicos y jueces, como los que se pusieron en juego en el caso de Belén?
–El sector médico está empezando a entender la necesidad de identificar los estereotipos dañinos hacia las mujeres. La Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO, por su sigla en inglés) acaba de publicar una guía con ese objetivo, para identificarlos y desmantelarlos. Espero que las adopten en la Argentina. O tal vez tengan otras mejores. El fallo contra el Estado de México conocido como “Campo Algodonero” dictado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (en relación a femicidios registrados en Ciudad Juárez) impuso, como parte del cumplimiento de la sentencia, que se abriera en la Corte Suprema de ese país una oficina que desarrolle guías de capacitación para jueces, para desmantelar los prejuicios y estereotipos en el ámbito de los tribunales.
Cook advierte que hay otras formas de avanzar contra la estereotipación de género: la literatura, el humor, el cine. Y en ese sentido, recomienda en su libro películas como Bending it like Beckham que es una comedia inglesa, traducida como Jugando con el destino (2002); A league of their own (Ellas dan el golpe, 1992), en el que las mujeres quieren jugar baseball. También sugiere otra película, Wadjda, muy conmovedora, de un director de Arabia Saudita y que se trata de una adolescente de ese país que quiere comprar una bicicleta, y muestra cómo debe enfrentarse a una sociedad donde las mujeres no usan bicicletas.
Que son incompetentes, no saben tomar decisiones moralmente dolorosas, tienen el mandato de ser madres, son algunos de los estereotipos que pesan sobre las mujeres cuando se analiza un caso de aborto. En el caso de mujeres indígenas, el prejuicio en juego es que son ciudadanas de menor categoría. Si una joven desaparece y sufre violencia sexual, el estereotipo sostiene que “una chica buena se queda en su casa, a las malas, les pasan esas cosas”, y las termina culpando de la propias violencias que sufren, señaló Cook.
La jurista sostiene que los estereotipos de género perjudican tanto a hombres como a mujeres, en el sentido de que frecuentemente pueden ocasionar que se les nieguen beneficios tales como ascensos en el empleo e incluso ser contratados o contratadas. Por ejemplo, a las mujeres se les impide ser bomberas porque se impone el estereotipo de que no son tan fuertes como los hombres. Los estereotipos de género, señala, también pueden ser perjudiciales en el sentido de imponer una carga. Por ejemplo, en los casos en que a las mujeres se les impone la obligación de permanecer en el hogar o cuando se les niega un juicio justo, como en casos de violencia sexual.
“¿Por qué persisten los prejuicios y estereotipos?”, preguntó la oradora para comenzar su conferencia. Ella misma contestó: “porque suelen ser invisibles, ya que operan como convenciones”. “La estereotipación es la tecnología del prejuicio, (porque) es la forma más rápida para diseminar los prejuicios”, definió Cook.
“Lo más importante de mi trabajo –señaló la académica, antes de detallar casos de violencia contra las mujeres y de violación de sus derechos sexuales y reproductivos, donde operaron estereotipos de género– es elaborar una metodología que permita hacer cuatro cosas: ponerle nombre al prejuicio o estereotipo; exponer los daños que provocó; entender cuál es el contexto en que ese daño se llevó a cabo; finalmente, desmantelar esos prejuicios y estereotipos, lo que requiere siempre una estrategia conjunta para cada contexto particular”. Cook subrayó que no alcanza con dar capacitaciones, hace falta –además– liderazgo para enfrentar los prejuicios. Y reconoció que no es nada fácil erradicar los estereotipos sobre las mujeres, en la Justicia. “Podemos tener éxito en un fallo, pero es muy difícil eliminarlos”, apuntó.
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