El descarrilamiento de un tren en el municipio gallego de O Porriño, en el noroeste de España, dejó cuatro muertos y 48 pasajeros heridos, entre ellos dos turistas argentinas con lesiones leves. A raíz del accidente. Los partidos de Galicia suspendieron la campaña electoral, que estaba en su primer día, para las elecciones regionales del próximo 25 de septiembre.

Los fallecidos fueron el maquinista (de nacionalidad portuguesa), el interventor del tren (un español), un turista norteamericano y un joven de 23 años, de Vigo, que estudiaba para maquinista ferroviario.

Las administraciones portuguesas (Comboios) y españolas (Renfe) que gestionan de manera conjunta la línea están investigando las causas del accidente y las primeras hipótesis apuntan a un exceso de velocidad.

La cónsul argentina en Vigo, Silvina Montenegro, confirmó que dos turistas argentinas resultaron con heridas leves: “Ya fueron atendidas y no revisten gravedad”, dijo y agregó que se contactaron con sus familias y no requirieron ninguna asistencia especial.

El convoy llamado “Tren Celta”, que tiene unos 30 años de antigüedad, cubría el trayecto entre Vigo (España) y Oporto (Portugal) con 63 pasajeros a bordo. Ayer a las 9.25 hora local (4.25 de Argentina) en las cercanías de la estación de la localidad de O Porriño, a 20 kilómetros de Vigo, descarriló al pasar a unos 30 kilómetros por hora por una zona en la que debía reducir la velocidad por las obras de mantenimiento que se estaban realizando. Los trenes estaban obligados a transitar por una vía provisional y a bajar la velocidad.

Al producirse el desacople, el tren serie 592 quedó con un vagón volcado e incrustado contra una torre metálica de cableado eléctrico y los otros dos semivolcados.

Según los testigos y las víctimas del accidente, el tren iba a bastante velocidad y frenó bruscamente. El estado en que quedó el vagón volcado parecería confirmar esas impresiones. Pero las versiones son contrapuestas: mientras unos apuntan a la velocidad del convoy, otros testigos refieren a un posible choque contra un puente por el que había pasado. También hay quienes apuntan al estado de la línea que hace que un trayecto de 153 kilómetros, lo que separa a Vigo de Oporto, demore más de tres horas, ya que los trenes no pueden ir demasiado rápido.

En lo que todos acuerdan es en la confusión que reinó en los primeros instantes cuando todo se llenó de polvo y humo negro. Algunos de los pasajeros comenzaron a salir por sus propios medios, mientras los vecinos de la zona ayudaron en las primeras tareas de rescate. Después, llegaron los servicios de emergencias, once ambulancias, dos helicópteros y personal de la Cruz Roja.

El consejero de Sanidad de Galicia, Jesús Vázquez Almuiña, dijo que entre los heridos hay portugueses, americanos, alemanes y sudamericanos, de Chile y Argentina. Muchas eran personas que iban de Vigo a Oporto a pasar el día, apuntó el consejero tras visitar uno de los hospitales adonde fueron trasladadas las víctimas del accidente.

Y explicó que “han sido atendidas 48 personas, ya se han dado de alta a 11 paciente, siguen en urgencia siendo valorados 27 y han sido ingresados un total de 9 pacientes, pero ninguno de ellos reviste gravedad”. “La mayoría de los heridos ingresados tienen fracturas y otros traumatismos, pero no se teme por la vida de ninguno de ellos”, remarcó.

Entre los heridos figuran 26 españoles, dos argentinos, seis estadounidenses, dos brasileños, dos uruguayos, tres portugueses, un inglés, un alemán y un chileno.

El accidente obligó a interrumpir el tráfico ferroviario entre las estaciones de Louredo-Valos y O Porriño, de la línea que une Pontevedra, Tui y Portugal. También se cortaron las frecuencias entre las estaciones de Ourense y Redondela para las relaciones de media y larga distancia que circulan entre Vigo y Ourense y entre Vigo y Santiago de Compostela.

El presidente de Combois, Manuel Queiró, aseguró que la formación “cumplía con todos los requisitos de seguridad” y “no era muy antiguo”, por lo que “hay condiciones anormales que justifican el accidente que hay que investigar”.

En esa misma dirección fueron las declaraciones del ministro de Justicia español, Rafael Catalán, quien también gestiona la cartera de Fomento, al asegurar que “el tren había pasado ayer (por el jueves) la revisión técnica y que “cumplía con todas las garantías”.

Por otra parte, Adif, la empresa gestora de las infraestructuras ferroviarias españolas, inició una investigación mientras que el Tribunal Superior de Justicia de Galicia informó que ya se sacó la caja negra del tren.

El presidente del gobierno regional de Galicia, Alberto Núñez Feijóo (Parido Popular), se trasladó al lugar del accidente, y dio sus condolencias a las familias de las víctimas.

En julio de 2013, Galicia había sufrido otro gran accidente ferroviario cuando un tren Talgo descarriló a unos 3 kilómetros de la estación de Santiago de Compostela y dejó 80 muertos y más de 140 heridos. Tres años después, sólo fue imputado el maquinista pero un tribunal ordenó reabrir la investigación.