SOCIEDAD
Un subsidio italiano para que los cartoneros tengan su industria
La cooperativa Nuevo Rumbo, de Lomas de Zamora, recibirá 258 mil euros aportados por un organismo del gobierno de Italia. Podrán comprar maquinarias para procesar los materiales que recolectan y así evitar intermediarios y aumentar sus ganancias.
Si alguien piensa que los cartoneros no están para grandes cosas es porque no conoce la experiencia de Nuevo Rumbo. Es que esa cooperativa de Lomas de Zamora, con casi cuatro años de historia, ha recibido, como una bendición, un subsidio no reintegrable del Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia de 258.000 euros –más de 320.000 dólares– para comprar equipamiento y maquinarias que les permitirán procesar, ellos mismos, el material que recolectan, eludir los intermediarios y triplicar sus ingresos.
El subsidio fue otorgado hace diez meses y los cartoneros de Nuevo Rumbo están a punto de recibir el premio mayor: “El 15 de marzo es la fecha tope fijada en el proyecto para comprar un autoelevador, una prensa y un molino para el preparado del plástico, que nos permitirá, además, exportarlo al exterior”, explica a Página/12 Pepe Córdoba, fundador y presidente de la cooperativa. “Ahora –graficó– vendemos el kilo de plástico a 70 centavos, pero con las maquinarias, que permiten moler el plástico, vamos a poder cobrar el kilo a 2,50 pesos”. Y el cartón, agrega, “lo vendemos a 25 centavos el kilo, pero con la compra de la prensa nos pueden pagar hasta 52 centavos”. Este no es el único caso. Hay materiales que aumentan su precio en un 300 por ciento, lo que permite un fuerte incremento en el ingreso de los cartoneros.
El subsidio de la Cooperación Solidaria para Países Emergentes (Cospe), del gobierno italiano, aumentará las ganancias de los 162 cartoneros asociados. “Aunque el hecho de haber formado una cooperativa de recolección y venta ya había aumentado nuestros ingresos en un 30 por ciento, en relación a cuando trabajábamos por nuestra cuenta”, aclara Carlos Serrano, quien está al frente de la caja de la cooperativa.
En el galpón ubicado en Venezuela al 900, de la localidad de San José, en el partido de Lomas de Zamora, Nuevo Rumbo recibe cargamentos con 14 materiales distintos. En medio de carros y containers, el grupo operativo se dedica a separar los materiales que luego serán limpiados en el caso del vidrio, o enfardado si se trata de plástico o cartón, para su venta posterior. Según explica Córdoba, todos los socios de la cooperativa cobran un sueldo básico, más un porcentaje por las ventas.
“Hasta ahora, el preparado y prensado de los materiales lo hace otra compañía, que se lleva un porcentaje importante de las ventas. Ahora, con el subsidio, nos podemos independizar y hacer el trabajo por nuestra cuenta, sin intermediarios”, relata Marcelo Altamirano, otro de los cartoneros.
El subsidio se otorga por etapas y los cartoneros no han visto ni verán un euro: el organismo italiano es el que se encarga de la administración. Ya lleva comprado para Nuevo Rumbo un camión, computadoras y ropa de trabajo. Con parte de ese dinero, la cooperativa también lanzó una campaña de medio ambiente para concientizar a los vecinos de la zona. “Les tocamos el timbre y les entregamos folletos para que se informen sobre las ventajas del reciclado”, relata Córdoba.
La vinculación de la cooperativa con el organismo del gobierno italiano se inició en septiembre de 2001, durante el Encuentro Nacional de Cartoneros que se realizó en Córdoba. Los italianos habían viajado para comenzar las tratativas de un subsidio con otro grupo de recolectores informales, los agrupados en el Tren Blanco que, finalmente, no prosperó. Así se conocieron, y un año después, Nuevo Rumbo presentó el proyecto denominado “Trabajo, Medio Ambiente y Economía Social”.
La cooperativa dicta cursos de capacitación para sus socios y este mes darán otro “para toda la población cartonera”, según cuenta Córdoba. Ya dieron charlas en la Universidad de San Andrés para explicar “cómo se arma una cooperativa” y el propio Córdoba fue invitado en noviembre del año pasado, por el gobierno de Alemania, para dar charlas en la Universidad de Berlín, en un canal de televisión y en un teatro de Berlín. El éxito de su exposición fue tal que tuvo que ir a contar su experiencia a Munich y a Colonia. Este mes, dos miembros de Nuevo Rumbo partirán hacia Italia con el mismo objetivo.
El organismo italiano aprobó el proyecto presentado por Nuevo Rumbo pero con una condición: Cospe debía determinar quiénes serían los técnicos y profesionales encargados de llevar adelante el proyecto. Pero los cartoneros, después de una pulseada, lograron imponer a los profesionales que les habían dado una mano con el proyecto. “Nos opusimos a dejar afuera a las personas que nos habían ayudado desde un principio”, sostiene Pepe. Así, el proyecto cuenta con la asesoría del antropólogo Pablo Schamber, el contador Mario Sorondo, el ingeniero industrial Marcos Neuman y el técnico en seguridad laboral Ricardo Gallani.
La iniciativa de agruparse para formar una cooperativa tiene 12 años. Recién en junio de 2000 obtuvieron 20 planes Trabajar y con ese dinero alquilaron un baldío en la calle Mirasol al 3900. “Apenas éramos 17 cartoneros que recibíamos seis tipos de materiales y ganábamos 5 centavos por cada kilo que vendíamos”, recuerda Córdoba. La condición para renovar los planes, comenta, “era formar una agrupación política, y nos rehusamos”. Actualmente hay 2974 personas que trabajan con Nuevo Rumbo vendiendo materiales y hay otras 320 solicitudes para asociarse. En Buenos Aires, se estima, trabajan unos 100 mil cartoneros. “Si nos juntamos todos, mejoraríamos automáticamente la venta”, repite Pepe. El resultado es notorio: “Antes de empezar con la cooperativa, cuando salía con el carro, apenas había puesto 300 ladrillos en mi casa y ahora ya voy por los 5000”, cuenta Pepe y la emoción se cuela por sus ojos.
Informe: Maricel Seeger.