SOCIEDAD › OPINION

París, Budge, Rosario

Por Ciro Annicchiarico *

Noticia: “Un comisario bonaerense integraba una banda de piratas del asfalto. De franco en La Matanza, con dos cómplices atracó a mano armada en Rosario un camión de mercadería informática”. Un caso más entre tantos que ratifica el profundo deterioro de una gran parte del sistema policial. Muchos distraídos intencionales se esfuerzan por negarlo, pero es la razón principal de nuestra inseguridad actual.
Desde los albores de la recuperada democracia lo denunciamos: no tendremos Estado de derecho ni seguridad ciudadana reales hasta que no se aborde seriamente el saneamiento policial. No basta con haber superado el problema militar: es imprescindible meter mano hasta el hueso en la cuestión policial, herramienta central de la pasada dictadura asesina y ladrona. Nos desautorizaron con ridículas descalificaciones: “zurdos, comunistas, enemigos de la policía”. Voy a demostrar que teníamos razón: el 8 de mayo de 1987 una patota policial ametralló y asesinó a tres jóvenes trabajadores, Oscarcito, Willi y Negro, que charlaban en la esquina de Figueredo y Guaminí, de Ingeniero Budge, en Lomas de Zamora. Fue la Masacre de Budge, que por su brutalidad levantó al barrio entero y conmocionó al país. Allí nació la expresión “gatillo fácil”.
Balmaceda, Miño y Romero, los tres policías asesinos, al fin fueron condenados por una Justicia a la que hubo que reclamarle mil veces que cumpliera con su deber, pero hasta hoy los dos primeros siguen prófugos, protegidos por un sistema corporativo e ilegal.
No bien sonó el último disparo, una persona se encargó de organizar el escenario de impunidad: con un apagón eléctrico permitió borrar evidencias, ocultar pruebas y perseguir testigos, armó la fuga de los homicidas, dispuso el traslado de una de las víctimas heridas y su remate posterior para eliminar un testigo clave, manipuló el sumario y obstaculizó la investigación. Condujo el plan de impunidad que intentó la Bonaerense para tapar su fechoría. Su nombre: Omar Vicente París, oficial inspector con destino en Budge. Cuando denunciamos su actuación, el gobernador Armendáriz nos tildó de “comunistas” y su ministro Portesi dijo que pretendíamos réditos políticos.
La empresa que ahora sufrió el asalto en Rosario y las víctimas que la banda de París deben haber producido desde 1987 les deben estar muy agradecidos a aquellos funcionarios que hasta hoy aceptaron que policías como éste integren y asciendan de grado en las filas de la fuerza que nos debe brindar seguridad.
* Abogado del caso Budge. Especialista en Seguridad Pública.

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