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El gobierno porteño continuará regulando la actividad de los cuidacoches pero incluirá algunos cambios: después de los cuestionamientos que generó el plan piloto implementado a mediados de febrero en el Lawn Tennis, durante el torneo ATP, planea una próxima etapa en la plaza Cortázar y en los boliches de Palermo Hollywood, pero con algunos cambios: el bono que paguen los automovilistas tendrá un valor máximo de dos pesos –en la primera experiencia era de cinco pesos–, que se pagarán al retirar el vehículo y no al dejarlo, como ocurre hasta ahora. Según anunció a Página/12 el jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, también se incluirá en la operatoria a personal que no se dedica habitualmente a cuidar autos, para alcanzar “un sistema mixto”, con seguimientos del rendimiento de cada uno. El control estará a cargo de las entidades de bien público que resulten beneficiarias, junto con personal de la ciudad.
“La idea es perfeccionar el sistema, para luego extenderlo al resto de la ciudad”, explicó a este diario el secretario de Justicia y Seguridad, Juan Carlos López. Por lo pronto, el gobierno está realizando relevamientos en algunos puntos del barrio de Palermo para comenzar a implementar el plan. Los lugares elegidos son la plaza Cortázar y sus inmediaciones, en el sector del barrio conocido como Palermo Hollywood. Allí, los cuidacoches cumplen su función entre los clientes de restaurantes y pubs.
Según explicó el subsecretario porteño de Seguridad Urbana, Enrique Carelli, “se eligió esa zona porque hay cuidacoches trabajando desde hace tiempo y ya son conocidos por los mismos comerciantes”. Ibarra manifestó que la intención del gobierno porteño es extender el plan “de a poco a los diferentes barrios de la ciudad. Para eso, debe quedar en claro que la colaboración es voluntaria, que no se interprete como un sistema coercitivo”.
Días atrás, la Subsecretaría de Seguridad elevó un informe sobre las conclusiones del plan piloto llevado a cabo en el Lawn Tennis Club. “La modalidad tuvo aspectos positivos, pero no los suficientes. Por eso, todavía no vamos a presentar un esquema masivo, aunque es la intención a largo plazo”, explicó López a Página/12. Para la continuidad del sistema, las fundaciones beneficiarias por este plan “aportarán personal de seguridad y se está pensando la alternativa de incluir un organismo del gobierno para que colabore en esta misma tarea”, detalló López.
Durante el plan piloto realizado durante el torneo ATP en el Buenos Aires Lawn Tennis Club, del 16 al 22 de febrero último, los cuidacoches cobraron un bono voluntario de 5 pesos, cuyas ganancias se distribuyeron entre los cuidadores y las fundaciones Casa Cuna, Huésped y del Hospital Garrahan. Las entidades se reunieron semanas atrás con autoridades del gobierno porteño, quienes les plantearon la necesidad de que tengan “una participación más activa” con el proyecto.
Durante el torneo de tenis varios automovilistas se quejaron por la inexistencia de bonos de 2 pesos que, supuestamente, iban a distribuirse. Los reclamos también apuntaron a la necesidad de un “mayor control” ya que, según los automovilistas, hubo cuidacoches que “se quedaban con el dinero sin entregar los bonos”. En tanto, el subsecretario de Seguridad Urbana comentó que a una persona le rompieron el vidrio de su auto en el lugar y le robaron el pasacassette, a pesar de haber comprado el bono correspondiente.
López admitió a Página/12 que “hay zonas grises de este plan que hay que mejorar” e indicó que para evitar “sorpresas” y garantizar el cuidado durante todo el evento, “el bono deberá pagarse a la salida”.
Carelli, por su parte, reconoció que la actividad de los cuidacoches tiene una “regulación difusa”, por lo que es necesaria “una intervención”. “También se apunta a concientizar al ciudadano. Tenemos que ir buscando la vuelta para que se desarrolle de un modo más sencillo”, explicó López. El secretario puntualizó que debe quedar claro que el bono es “voluntario”. “También tiene que estar contemplada la posibilidad de que haya gente queno quiera pagar o no pueda.” El funcionario señaló que “no queremos que, por el modo en que trabaja este sector, el automovilista interprete el pago del bono como un apriete. El fin no es recaudatorio sino ordenador, con el objetivo de destinar parte del dinero para el bien común”.

Informe: Maricel Seeger.