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La Prefectura Naval rescató ayer, en aguas del Río de la Plata, el cuerpo de un niño de 10 años que estaba desaparecido desde el viernes, junto con otro menor de 9 y un hombre. El accidente ocurrió mientras los tres pescaban en un bote, río adentro, a la altura de la localidad bonaerense de Berisso. La embarcación dio una vuelta de campana cuando se encontraba a unos 300 metros de la costa, cerca del balneario conocido como La Bagliardi, a unos 20 kilómetros de la ciudad de La Plata. El cuerpo del niño fue encontrado por los buzos de la Prefectura Naval. En un comunicado, la fuerza informó que el hallazgo se produjo ayer por la mañana, en un lugar ubicado entre las playas Municipal y Bagliardi.
Ayer, hasta entrada la noche, los nadadores y los buzos de la Prefectura continuaron trabajando en la zona. En las tareas contaron con el apoyo de un helicóptero, pero había sido infructuosa la búsqueda de las otras dos víctimas. El accidente se produjo poco después del mediodía del viernes cerca de la desembocadura del arroyo El Pescado. En el bote se encontraban cuatro personas, una de las cuales pudo llegar nadando hasta la costa. El sobreviviente denunció el hecho ante las autoridades y de inmediato cayó en un shock nervioso.
El hombre tuvo que ser hospitalizado porque había sufrido un shock térmico. Lo asistieron en la sala de terapia intensiva del hospital local, ante el alto riesgo de que sufriera una crisis cardíaca. Los voceros de la Prefectura de ciudad de La Plata dijeron que no podían suministrar, por ahora, el nombre de las víctimas, aunque anticiparon que se trata de vecinos del barrio platense de Olmos que habitualmente salían a pescar utilizando el mismo tipo de embarcación.
Todo hace pensar que durante la mañana del viernes no tuvieron ningún inconveniente, pero después de las 12 el bote comenzó a juntar agua y se hundió con suma rapidez, luego de dar una vuelta de campana, cuando estaba a unos 300 metros de la costa, ya que los mayores trataron de alcanzar la orilla al advertir el ingreso del agua al bote. El sobreviviente sorprendió a los guardacostas cuando les dijo que podía hacer pie poco después de tirarse al agua.
A pesar de la aparente facilidad que tenía para ayudar a las otras tres personas no pudo salvarlos, aparentemente por las dificultades que tuvo porque todos se fueron hundiendo en el lodo. El día del accidente las condiciones climáticas no eran óptimas para la navegación, ya que desde el jueves por la noche corrían ráfagas de viento sur a unos 25 kilómetros por hora y el oleaje en la zona era intenso. Los dos hombres y los dos menores se habían embarcado en un bote de fibra de vidrio con motor fuera de borda y llevaban cañas y equipos de pescar.
En ese sector de la costa no hay un control pesquero por parte de Prefectura, ya que se trata de una playa pública y abierta en la que está permitido el ingreso de lanchas u otras embarcaciones livianas, ya que no hay ningún embarcadero cercano. El bote se llenó de agua y se dio vuelta cuando los cuatro ocupantes trataban de llegar a tierra firme.