SOCIEDAD › EL PAPA CONVOCO A CARDENALES DE EE.UU. POR EL ABUSO SEXUAL

A lavar los trapos sucios en Roma

En medio del creciente escándalo que sacude a la Iglesia Católica por las denuncias de niños abusados por sacerdotes de EE.UU., Juan Pablo II convocó a todos los cardenales de ese país al Vaticano la semana próxima. Entre ellos está el arzobispo de Boston, blanco de la furia popular.

Por Matthew Engel *
Desde Washington

Los trece cardinales católicos norteamericanos fueron convocados por el Papa a una conferencia en Roma la semana próxima para intentar encontrar una salida al escándalo de abuso sexual que se está devorando a la Iglesia en Estados Unidos. Entre los invitados está Bernard Law, el arzobispo de Boston, quien durante la última semana no se atrevió a dar un paso fuera de su casa desde que se conocieron documentos que mostraban su involucramiento, a lo largo de los 18 años en que estuvo en la ciudad, en la protección y promoción de sacerdotes que habían abusado de niños. El viernes anunció que no tiene pensado renunciar.
En consonancia con la tendencia al secreto del Vaticano y la respuesta especialmente silenciosa de la Iglesia ante esta crisis, los detalles del encuentro son escasos y no hubo indicación inmediata de si el cardinal Law planea asistir. Si lo hace, tendrá que atravesar un cúmulo de manifestantes y medios para poder llegar al aeropuerto.
Analistas de la Iglesia dijeron que el más obvio precedente de una reunión de ese tipo fue durante la guerra de Malvinas, cuando el Papa llamó a los cardenales de Gran Bretaña y Argentina para encontrar un terreno común.
El Papa discutió sobre la crisis la semana pasada con representantes de los 375 obispos norteamericanos. Su líder, el obispo Wilton Gregory, dijo que “extendió su mano en apoyo”. Sin embargo, con 81 años y notoriamente enfermo, Juan Pablo hasta ahora no dijo nada en público sobre el tema y no mostró signos evidentes de que tenga en consideración la creciente presión de la opinión pública norteamericana.
La Iglesia Católica, con sus 65 millones de adherentes, es la mayor organización no gubernamental en los Estados Unidos. Hay 2,6 millones de niños norteamericanos en sus escuelas y tienen control sobre 230 facultades o universidades; por sus hospitales pasa casi un quinto de los pacientes de todo el país. Cada una de estas instancias está pasando por una crisis económica, en parte porque la Iglesia se enfrenta a importantes pagos a los denunciantes –además de las grandes indemnizaciones ya pagadas mientras el tema se mantuvo en secreto– , pero principalmente porque las donaciones se están terminando rápidamente.
La crisis es especialmente aguda en el área de Boston que, con su fuertes lazos italianos e irlandeses, es la única gran ciudad norteamericana con mayoría católica. Los abogados dijeron allí que más de 450 personas habían denunciado desde principios de año que fueron abusados por sacerdotes de la ciudad.
El domingo fue el primer día que se recuerde en que el cardenal Law no asistió a la misa en la catedral de la Santa Cruz en Boston, exceptuando ocasiones en que estuvo de viaje o enfermo. Afuera había unas cincuenta personas con carteles que decían “Mentiroso” y “Buscado por crímenes contra la humanidad”.
Algunos observadores sostienen que el Vaticano aconsejó al cardenal Law que no renuncie por temor a que sacerdotes que antes trabajaban en el área de Boston y ahora ocupan importantes posiciones en otras ciudades se conviertan en los siguientes blancos. Ray Flynn, un ex alcalde de Boston y una vez embajador de Estados Unidos en el Vaticano, es uno de los últimos prominentes defensores del cardenal en la ciudad. Dijo que toda la Iglesia está ahora consciente de que cualquier denuncia futura debe ser informada de inmediato a la policía y que el Papa “cree en el cardenal Law, porque tiene tanto peso sobre sus hombres que es la mejor persona para producir este tipo de cambios”.
En otros países, la crisis está siendo analizada como un caso de estudio sobre cómo no manejar un problema. “En una escala de uno a diez, esto es un 11 –dijo el ex presidente de la consultora de relaciones públicas Hill & Knowlton, Robert Dileschneider–. La Iglesia fue golpeada por un camióny permitió que el camión retrocediera y volviera a golpearla varias veces”.
*De The Guardian,
especial para Página/12.

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