SOCIEDAD
Las revelaciones que agitan a Boston
La debacle de la Iglesia Católica estadounidense parece no tener fin. Es que, según publicó ayer el diario New York Times, uno de los sacerdotes acusado de abusos sexuales contra menores en la incendiada diócesis de Boston, Paul Shanley, convive en California con Dale Lagace, un “compañero de larga data” junto con el cual además regentearía un hotel para gays en la zona de Palm Springs. Según el periódico neoyorquino, Shanley también habría sido copropietario de un club de descanso llamado Cabaña Club Resort. Esta propiedad la habría compartido con otro sacerdote de Boston, John J. White, quien a su vez era dueño de otro hotel destinado a homosexuales, el Whispering Palms. Los curas habrían vendido sus posesiones en 1997 y 1994, respectivamente, y ambos habrían abandonado la diócesis de Boston por razones de salud, a pesar de lo cual continuaron recibiendo cheques de aquélla para cubrir sus gastos cotidianos y médicos.
De confirmarse, estas revelaciones no harán más que agravar la ya complicada situación del cardenal de Boston, Bernard Law, quien desde hace varios días se encuentra en el banquillo de los acusados por ser el jefe de la arquidiócesis donde el año pasado se encendió la mecha del escándalo con el caso del sacerdote John Geoghan –juzgado y condenado en enero por abusar de un niño y acusado de haber abusado al menos de 130 menores en sus 30 años de carrera sacerdotal–. Las presiones en pro de la renuncia de Law, provenientes tanto del interior de la misma Iglesia como de la opinión pública, se acrecentaron después de que la semana pasada se dieran a conocer 800 páginas de documentos que involucran a Shanley en casos de abusos sexuales contra niños. Los documentos sostienen además que la arquidiócesis tenía conocimiento desde hace por lo menos 20 años de los abusos de Shanley y sin embargo se le permitió seguir trabajando, trasladándolo a la diócesis de San Bernardino, en California.
Finalmente, el tiro de gracia a la imagen de la diócesis de Boston y a su cardenal estuvo a cargo del periódico Boston Globe, que en un artículo detalló que en dicha arquidiócesis existen unos 500 casos de abusos sexuales denunciados desde enero, por lo que estimó que, hasta la fecha, los costos en resarcimientos podrían demandarle a la Iglesia el desembolso de cerca de 300 millones de dólares.