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Los familiares de Gloria Estefanía Domínguez, la chica que murió tras ser atropellada en Haedo por un auto que corría una picada, despidieron sus restos ayer en el cementerio de Morón. Mientras tanto, la policía busca a los otros dos autos de los tres que participaron de la carrera –ya uno había sido localizado y su conductor está detenido–, de acuerdo con las descripciones brindadas por los testigos. La amiga de Estefanía que también fue embestida permanecía internada en la sala de terapia intensiva del Hospital Argerich, en estado grave.
Hasta el momento, el único detenido es Cristian Aldao, quien conducía el vehículo que embistió a las dos chicas el sábado. El fiscal José de los Santos lo imputó por homicidio simple con dolo eventual. Por ahora, el hombre se negó a prestar declaración. Desde ayer, tras los datos aportados por los testigos, se busca localizar a los otros autos que participaban de la picada. Según fuentes vinculadas a la investigación, serían un Ford Fiesta rojo y un Fiat Duna blanco.
El padre de Natalia Becerra, la chica de 21 años que acompañaba a Gloria cuando ocurrió el hecho, aseguró que su hija “recuerda los ojos del que las atropelló y de eso no se olvida”. Hasta ahora, sus familiares evitaron hablarle del destino corrido por su amiga, por quien pregunta “constantemente”, indicó su padre. Natalia “no dejó de correr riesgos desde que ocurrió esto, hay que esperar a ver cómo evoluciona”, agregó.
Por otra parte, la Asociación Familiares y Víctimas de Accidentes de Tránsito (Favat) anunció que mañana a las 12 habrá una concentración frente a Tribunales para pedir testigos “que aporten todo cuanto pueda ayudar a la familia, incluso datos del imputado, por ejemplo, si era habitual verlo correr picadas”, señalaron desde la entidad.