SOCIEDAD › LOS SOBREVIVIENTES PODRAN
PASAR DE AÑO CON MAS DE DOS PREVIAS
El efecto Cromañón en las escuelas
Directivos y docentes ya están siendo capacitados sobre cómo manejar el tema en las aulas. Habrá material impreso y orientación permanente. Flexibilizarán la asistencia a los alumnos-víctimas.
Las escuelas secundarias se preparan para comenzar las clases con una nueva realidad: muchos de sus alumnos son sobrevivientes o fallecieron en el incendio de República Cromañón. Por este motivo, varios directores de escuelas de educación media se reunieron ayer para comenzar a diseñar el modo en que los docentes deberán encarar ese nuevo contexto y para lo cual se publicará material pedagógico orientador. En una primera etapa, el eje se centrará en las treinta escuelas donde está concentrada la mayor parte de las víctimas, y luego se trasladará a las restantes. “Se hará un acompañamiento particular pero sin hablar puntualmente de Cromañón, sino de todos los temas que lo rodean”, sostuvo la secretaria de Educación porteña, Roxana Perazza. En diálogo con Página/12, la funcionaria dejó en claro el eje del trabajo: “No vamos a hacer clínica en las escuelas”. Para garantizar la escolaridad de las víctimas de Cromañón, el área educativa emitió una resolución que permite a los directivos de escuelas extender el mínimo de dos materias que se necesitan para pasar de año.
La idea es tolerar a aquellos que hayan visto peligrar su pase de año o deban rendir materias. Esto quedará a consideración de cada director, quien deberá estudiar cada caso en particular. “Además, en estos días vamos a firmar otra en relación a la asistencia a clases porque la idea es cuidar la escolaridad de los chicos, porque perderla sería algo muy grave para ellos”, adelantó Perazza. El aspecto normativo es el lugar desde el que el gobierno porteño articulará medidas con el de la provincia de Buenos Aires, donde vive la mayoría de los sobrevivientes.
Al encuentro de ayer, que tuvo lugar en la escuela Carlos Pellegrini, asistieron unas 80 personas, entre directivos y miembros de equipos pedagógicos. La psicoanalista Silvia Bleichmar fue convocada para integrar uno de los equipos especialistas y hacer su propuesta. Ante este diario, explicó los tres lineamientos que debería seguir el proyecto de diálogo entre docentes y alumnos: valor de la vida, proyecto de futuro y legalidad. “No se puede discutir la seguridad por la vida si no se discute el valor de la vida que debiera darles a los jóvenes un proyecto de futuro. También se debate la puesta de límites, pero lo importante es la legalidad de quien pauta la acción, la recomposición de la visión ética frente al otro”.
La forma en que estos temas se pueden bajar a las aulas es “promoviendo debates entre docentes, padres y alumnos sobre la cuestión de las legalidades”, añadió. Y no es necesario que el docente instale el debate o que lo espere: “El debate ya está”. Según el criterio de Bleichmar, el hecho de que algunos sobrevivientes asistan a clases la semana próxima “no implica que sean los más fuertes, sino los que tienen mayor capacidad de negación; lo cual puede causarles problemas futuros”.
La línea de trabajo con los directores se mantendrá a través de charlas a cargo de especialistas. Inclusive, se prevé la intervención de padres de víctimas del incendio. Para los docentes, se publicará material pedagógico con un fuerte contenido orientador sobre cómo tratar el tema, qué hacer en determinadas situaciones donde surja Cromañón o cómo propiciar discusiones sobre temas que se desprendan de ese eje. Se estima que el material estará listo dentro de poco más de un mes. “Esperamos que la escuela sea un lugar donde los docentes puedan acompañar la angustia, promover charlas y dar algunas respuestas. No estamos proponiendo que obligatoriamente se trabaje con el tema Cromañón, pero sí que los adultos estén preparados para hacerlo”, explicó Perazza.
El objetivo es crear alternativas diferentes de las que se propusieron. Desde algunos ámbitos se exigieron simulacros de incendio en escuelas, pero no se tuvo en cuenta el efecto “brutal” que tendrían en los sobrevivientes. “La sociedad no tiene que vivir así, haciendo simulacros ante cuanta eventualidad que surgiere ni como si la ciudad fuese una zona de incendio”, advirtió la psicoanalista, que en su análisis global muestra un escenario escolar distinto a partir de la tragedia: “Hace dos años, la discusión era si las escuelas tenían que dar de comer o educar. Hoyestamos frente a otro modo de emergencia y la discusión es si la escuela tiene que educar o integrar desde el punto de vista social, lo cual demuestra que puede volver a ocupar el lugar que siempre debió tener”, concluyó.
Informe: Adrián Figueroa Díaz