SOCIEDAD › PIDEN TRES AÑOS PARA UN POLICIA

Otro gatillo fácil

El juicio por el asesinato a la maestra Claudia Flamini, ocurrido en el barrio porteño de La Boca en noviembre de 2000, entró en la etapa de los alegatos. El acusado es un policía de la Federal, quien habría asesinado a la joven docente de un balazo en la cabeza mientras perseguía a un delincuente que ni siquiera había disparado. La fiscalía pidió que se lo condene al oficial Mariano Socio por “homicidio culposo”, con lo cual podría quedar en libertad. Por su parte, la familia de la víctima consideró que la pena que debe purgar el autor de “un caso de gatillo fácil” es de cinco años de prisión y diez de inhabilitación para ejercer su cargo.
Los diez años de inhabilitación fueron solicitados también por la fiscalía, a cargo de Oscar Ciruzzi, con la diferencia de que ésta pidió una pena de tres años de prisión. Los pedidos fueron hechos ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 7, que juzga tanto al oficial Socio y a Leonel Fuque, el asaltante al cual el policía perseguía aquel 1º de noviembre de 2002 y que resultara herido junto con la maestra. Para Fuque, la fiscalía reclama una condena de tres años de prisión por tenencia de arma.
Según los investigadores, segundos antes del asesinato de Flamini, Socio iba acompañado por otra persona en un auto no identificado de la División Robos y Hurtos de la Policía Federal. Perseguían a cuatro delincuentes que viajaban en un auto robado. En un momento del seguimiento, el policía “salió del patrullero y disparó contra uno de los delincuentes”, contó Gregorio Mendoza, un pintor que declaró como testigo en la causa. Socio disparó su arma cinco veces: dos balas hirieron al ladrón y “uno de los otros tres disparos terminó impactando en el cráneo de Flamini”, que salía de dar clases en la Escuela Nº 4 de La Boca, y murió en el Hospital Argerich luego de agonizar durante tres días, afirmó el fiscal.
El testimonio del pintor fue clave para Ciruzzi, quien consideró que el oficial acusado “actuó con impericia, negligencia e imprudencia”, pese a que “por su rol de policía debió extremar el cuidado al manipular el arma”.
Por su parte, Claudio Volman, el abogado defensor de la familia, coincidió con el fiscal en que uno de los tres disparos causó la muerte de la maestra y en su alegato hizo referencia a una medida dictada por la Policía Federal, un año antes del crimen: el reparto de “un cuadernillo de principios básicos sobre el uso de armas de fuego que especialmente instruía sobre cómo actuar para no poner en peligro la vida de inocentes”. Para el representante de los Flamini, la resolución de este hecho debe “terminar con los casos de ‘gatillo fácil’”.

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