SOCIEDAD › PARO SORPRESIVO DE SUBTE E INCIDENTES CON LA POLICIA
Cortocircuito en las vías
Varias personas resultaron heridas. La huelga podría continuar hoy. Empleados de las empresas tercerizadas de Metrovías reclaman ser incorporados al convenio general de trabajo.
Todo comenzó cuando un grupo de unos 50 trabajadores de las empresas tercerizadas de Metrovías convocó a un paro sorpresivo y bloqueó las vías de la estación de subte de la Línea A en Plaza Miserere. Pasaron tan sólo algunos minutos hasta que llegó la policía y comenzó a reprimir, según los empleados, sin motivo aparente. El lugar quedó transformado en un campo de batalla y varias personas resultaron heridas. La medida terminó en un paro general, que amenaza con extenderse para hoy. Sin embargo, la confusión que generaron las versiones cruzadas por parte de cada sector volvieron incierto el futuro del conflicto. Mientras algunos de los representantes gremiales aseguraron que se llevaban a cabo negociaciones en el Ministerio de Trabajo para destrabar la situación, desde la cartera laboral informaron que hasta el momento no se concretó ninguna reunión. “Se trató de un conflicto policial y no laboral”, fue la explicación dada desde la sede de Leandro Alem.
“Nosotros estábamos reclamando pacíficamente, cuando cayeron los policías y nos comenzaron a arrinconar sobre el andén. En respuesta, nos empezamos a tirar a las vías y ahí nos dieron con los palos”, relató a este diario Francisco Ledesma, empleado de Metrovías. Los trabajadores denunciaron además el uso de gases lacrimógenos. Hasta el momento no se conocía el número total de heridos, pero algunas personas tuvieron que ser hospitalizadas. Según informó el comisario a cargo del operativo, Carlos Navone, hay tres policías heridos y la intervención de la fuerza de seguridad fue ordenada por el juez en lo correccional Alejandro Litvak, quien decidió abrir una causa contra los huelguistas bajo el cargo de resistencia a la autoridad.
Los hechos generaron una respuesta casi inmediata por parte de agrupaciones sociales y dirigentes sindicales. La Unión Tranviarios Automotor (UTA) se declaró en “estado de alerta” y no descartó acompañar la medida si los delegados del subte finalmente deciden cortar el servicio para hoy. Pero, por el momento, el cauce que tendrá el conflicto parece incierto. Al cierre de esta edición había versiones cruzadas por parte de cada sector. El cuerpo de delegados de Metrovías informó que se estaban manteniendo negociaciones en el Ministerio de Trabajo y congeló cualquier anuncio hasta después de la reunión.
Sin embargo, representantes de la cartera que maneja Carlos Tomada rechazaron la versión y aseguraron que todavía no se había concretado ningún encuentro. “Para hoy teníamos prevista una reunión, pero con todos estos incidentes fue suspendida y no volvimos a tener contacto directo con ningún sector. Lo que pasó en la estación se trata de un conflicto policial que no amerita la intervención de nuestro ministerio”, respondió a Página/12 una fuente cercana al ministro. Lo cierto es que la posibilidad de un paro en los servicios de transporte, a tan sólo dos días de las elecciones, cayó como un balde de agua fría en el Gobierno, donde algunos funcionarios siguieron de cerca el conflicto. En la Casa Rosada preocupan los alcances que pueda tener otra huelga de subtes en la sensibilidad de los porteños.
A la contradicción entre las versiones de los trabajadores y del oficialismo, se sumó el silencio mantenido por la empresa, cuyos directores se negaron a dar declaraciones. Concretamente, el reclamo provino de los empleados de las empresas tercerizadas de Metrovías para que sean incorporados al convenio general de trabajo. En total se trataría de cinco firmas: Fiel, Metropolitano, Estática, Enterprise y Servidus, que s reparten diferentes tareas, desde la seguridad en las estaciones hasta la publicidad en los subtes. La demanda apunta a mejorar sus condiciones de trabajo, que registran una amplia diferencia con las que tienen los trabajadores de Metrovías. Según informaron los delegados de ese sector, la jornada que cumplen es de ocho horas y tienen como piso un sueldo de 535 pesos, cifra que alcanza los 900 con las sumas no remunerativas. Mientras que un empleado bajo contrato con la empresa trabaja seis horas y cobra un básico de 921 pesos. El pedido no es nuevo. En marzo se incorporó al convenio a los trabajadores de Tain, la empresa que tenía a cargo la limpieza en las estaciones. Con este antecedente, el resto elevó el tono de sus reclamos. El conflicto se intensificó durante los últimos seis meses, aunque las negociaciones pudieron avanzar sólo desde hace algunas semanas. Según informaron algunos delegados, la semana pasada se había firmado un acuerdo y para hoy se había convocado a la reunión en el ministerio. Sin embargo, se convocó a un paro ante el temor de que una repuesta quedara congelada hasta después a las elecciones, con lo que ahora todo quedó en puntos suspensivos.
Informe: Carolina Keve.