SOCIEDAD
“Están tratando de embarrar la cancha, pero no lo van a lograr”
La fiscal del juicio a Conzi denunció que hubo reuniones entre víctimas y la defensa.
“Esta no es una causa normal”, aseguró.
El hecho por el que Horacio Conzi es acusado, haber matado a Marcos Schenone a los tiros en 2003 por un ataque de celos, parece la digna obra de un desequilibrado mental. Ese es el principal argumento que busca mantener su defensa en el juicio que se le sigue. Y así lo entiende la fiscal del caso, Gabriela Baigún, quien cree que los abogados del imputado están poniendo todos sus esfuerzos en demostrar su inimputabilidad. “Los defensores van a intentar probar que está loco –señaló–. Están tratando de embarrar la cancha. Pero no lo van a lograr.” En tanto, tres testigos de identidad reservada que declararon ayer complicaron su situación al decir que vieron a Conzi perseguir con su camioneta el auto en el que iba Schenone con sus amigos.
En lo que fue la cuarta jornada del juicio por homicidio que se desarrolla contra Conzi en los tribunales de San Isidro, la fiscal Baigún contó lo que considera la estrategia de la defensa. “Los defensores van a intentar probar que Conzi está loco y van a intentar probar otra suerte de cosas que sólo ellos saben”, aseguró.
Claro que ella descree de esa locura. “Hay una sola verdad objetiva y es que fue él quien disparo a Schenone y sus acompañantes”, indicó. Y añadió: “Todo el esfuerzo de la fiscalía estará puesto en acreditar que los peritos que se expidieron en su oportunidad diciendo que Horacio Conzi no podía dirigir sus acciones no se corresponden con la verdad de lo que realmente ocurrió”.
Para Baigún, durante el transcurso del juicio en el Tribunal Oral en lo Criminal 4 “hubo testimonios importantes que no hacen más que involucrar a Horacio Conzi como el autor del homicidio de Marcos Schenone y las lesiones producidas a los otros ocupantes del coche”.
En cuanto a los desequilibrios psicológicos que podría padecer Conzi, la fiscal sostuvo que “no hay duda de que los forenses, los que saben, lo definen como un verdadero psicópata. Los que dicen Conzi no es inimputable dicen: Conzi es un psicópata, Conzi es un actor, Conzi es un simulador. Eso es lo que dicen los profesionales”.
“Es una posibilidad defensista tratar de embarrar la cancha, indudablemente están intentando hacerlo, pero no lo van a lograr”, manifestó Baigún. Es que sobre el juicio hay sospechas de que algunos testigos pudieron ser inducidos a modificar sus declaraciones para beneficiar al imputado. “Quedó comprobado y acreditado que algunas víctimas se contactaron con personas del entorno o de la defensa de Conzi y eso es irregular, no es normal”, dijo. Y recordó: “Yo pedí la promoción de falso testimonio de tres personas. De Sergio Colasante y de Raúl Medina, dos personas de estricta confianza de Conzi que se pronunciaron en forma mendaz casi alevosamente, y de Leonardo Garabeta”.
Tal vez el caso paradigmático sea el del remisero Roberto Fernández, quien admitió haber cobrado 32 mil pesos de parte de Conzi para entregar la bala que lo impactó.
“Es totalmente normal que la fiscal se reúna con las víctimas, no sólo porque representa a las víctimas, sino para explicarles cómo se van a suceder los acontecimientos, lo que sí es absolutamente irregular es que esas víctimas se reúnan con abogados del imputado de haberlas victimizado”, agregó Baigún. “No es una causa normal”, concluyó.
Ayer, a Conzi se le oscureció más el panorama. Tres empleadas del restaurante Dallas que declararon como testigos de identidad reservada aseguraron ver cómo inició la persecución al remís en el que iban Schenone y sus amigos y que fue atacado de 14 balazos. Confirmaron que Conzi hizo preparar su camioneta al vallet parking y que luego salió con ella tras el auto. Además, los testigos de identidad reservada del miércoles ya habían dejado establecido que Conzi se enfureció al ver a Schenone y a Alonso –la chica que él quería seducir– besándose en su local y ordenó que los echaran.