SOCIEDAD › EUROPA OBLIGA A REGISTRAR UNOS 30 MIL PRODUCTOS
Sustancias químicas a examen
El Parlamento Europeo aprobó una ley que obliga a las industrias a registrar elementos químicos que usa en sus productos y que hoy circulan sin control. El objetivo es proteger la salud y el ambiente.
Por Ricardo M. de Rituerto*
Desde Estrasburgo
El Parlamento Europeo aprobó ayer por amplia mayoría un nuevo reglamento que obliga a la industria europea a registrar unos 30.000 productos químicos que hoy circulan prácticamente sin control. El objetivo es proteger la salud y el medio ambiente sin perjudicar la competitividad de la industria. El nuevo ordenamiento obliga a las compañías a proporcionar los datos de las sustancias, crea una agencia que evaluará su peligrosidad y establece la obligación de revisar las autorizaciones cada cinco años. Comenzará a aplicarse en 2007 y lo será por completo en 2018.
Reach, por las siglas en inglés de Registro, Evaluación y Autorización de Químicos, es el más complejo de los reglamentos que ha conocido la Unión. Su aprobación ha llevado varios años de discusión interna y externa que permitieron a grupos de presión relacionados con la industria química continental, en particular la alemana, ejercer presiones sin precedentes sobre la Eurocámara, con el argumento de que su aplicación produciría costos insoportables, pérdida de competitividad y desaparición de puestos de trabajo. Fue aprobado ayer por 407 votos contra 155 y 41 abstenciones.
Los productos químicos son una constante en el mundo contemporáneo, desde insecticidas y pesticidas a esmaltes de uñas, tinturas para el cabello y colonias, pasando por los plastificadores de los juguetes o retardadores de fuego empleados en ordenadores y vehículos. La vida sin ellos sería hoy imposible y sin embargo la Comisión Europea admite que ignora casi todo del 99 por ciento de ellos.
Hasta el momento se emplean y se venden sin evaluación sólida y de algunos se sospecha que son cancerígenos o mutágenos, mientras otros se acumulan en el organismo. A llenar ese extraordinario vacío acude Reach, al imponer que todas las sustancias producidas, o importadas, en la UE por encima de una tonelada, salvo las exentas por su demostrada inocuidad, queden registradas en la futura agencia de productos químicos radicada en Helsinki. Son unas 30.000. Las que no sean registradas y tampoco estén exentas no podrán ser utilizadas en la Unión.
El plazo de registro para todas las sustancias que se emplean en la UE es de 11 años, en una escala temporal que tiene en cuenta las cantidades producidas y su peligrosidad: las que superen las 1000 toneladas o las más tóxicas o dañinas deberán ser registradas, evaluadas y aprobadas antes. Una enmienda establece que los derivados del tabaco deberán ser sometidos al procedimiento de registro.
Las enmiendas aprobadas obligan a que las autorizaciones estén limitadas a un plazo máximo de cinco años y que sólo se concedan si se demuestra que no hay sustancias o tecnología alternativas y que las ventajas socioeconómicas compensan los riesgos para la salud y el medio ambiente. Lo que se pretende es incentivar el desarrollo de tecnologías alternativas.
El reglamento establece el principio de que son las empresas las que deben proporcionar los datos, aunque con tantas excepciones y limitaciones que para las alrededor de 20.000 sustancias producidas en cantidades de entre 1 y 10 toneladas sólo entre el 10 y el 30 por ciento, las de mayor riesgo, deberán ir acompañadas de información exhaustiva.
Estas limitaciones fueron introducidas con el propósito de aligerar las cargas económicas a las pequeñas y medianas empresas, consideradas como más vulnerables a nuevos requerimientos y pruebas de laboratorio. Con el mismo fin se mantiene el principio de Una sustancia, un registro (OSOR, en sus siglas en inglés), que obliga a compartir los datos con otras compañías, algo a lo que se siguen oponiendo las grandes multinacionales.Una decena de comités parlamentarios, cada uno con intereses y sensibilidades distintas, desde Medio Ambiente a Industria, intervinieron en la elaboración del complejo reglamento, mientras en la calle grupos ecologistas, asociaciones de consumidores o asociaciones de médicos contribuían al debate. Según quien hablara, el costo de la nueva reglamentación irá desde los 12 a los 2300 millones de euros para un sector que da trabajo directo a 1,7 millones de personas e indirecto a otros tres millones. El volumen de negocio ronda los 600.000 millones de euros. Europa, como mayor productor mundial de químicos, cuenta con unas 25.000 pequeñas y medianas empresas.
Reach deberá ser sometido ahora al escrutinio de los gobiernos europeos, antes de volver el próximo año al Parlamento para una segunda y definitiva lectura.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.