SOCIEDAD › SORTEARON EL TRIBUNAL PARA EL JUICIO POR EL CRIMEN DEL COUNTRY
Carrascosa ya tiene quien lo juzgue
Seis de los nueve acusados apelaron su procesamiento. Carrascosa, imputado de homicidio agravado, llegará libre al juicio. Los otros ocho están sospechados de encubrimiento. El juicio será en 2006.
El caso en el que se investiga el crimen de María Marta García Belsunce, en el que el viudo Carlos Carrascosa es el principal acusado, está más cerca del juicio oral: ayer fue designado por sorteo el Tribunal Oral Criminal (TOC) 6 de San Isidro, que deberá disponer las diligencias preliminares del debate y fijar una fecha de inicio. Los abogados de varios de los acusados se mostraron sorprendidos, ya que casi todos, salvo la defensa de Carrascosa, de Horacio García Belsunce y del médico Juan Gauvry Gordon, apelaron la elevación a juicio mediante un recurso de casación presentado en la Cámara de San Isidro.
Los jueces que llevarán a cabo el debate son María Angélica Etcheverry, Hernán San Martín y Luis María Rizzi, quienes recibirán en las próximas horas el expediente judicial. Fuentes de los tribunales de San Isidro dijeron que el TOC 6 está dando fechas de juicio para fines del año 2006 y principios del 2007, pero no descartaron que por la importancia de esta causa el debate se lleve a cabo antes.
Con la causa en sus manos, los camaristas podrán fijar la audiencia prevista en el artículo 338 del Código Procesal Penal, en la cual las partes aportan las pruebas y solicitan diligencias que consideran necesarias para el debate. Luego, los jueces fijarán fecha de inicio del juicio, en tanto que la Fiscalía General designará al fiscal que impulsará la acción penal contra los nueve acusados. Si bien el fiscal designado para los juicios orales de las causas tramitadas en Pilar es Mario Kohan, voceros judiciales no descartaron que el fiscal general de San Isidro, Julio Novo, designe a Diego Molina Pico, el mismo que instruyó la pesquisa.
Carrascosa llegará al juicio libre, ya que nunca prosperaron los pedidos, recursos y apelaciones que el fiscal Molina Pico impulsó para que quede detenido. El viudo estuvo preso durante un mes en el año 2003, hasta que el entonces juez de Garantías de San Isidro –luego ascendido a camarista– Diego Barroetaveña le morigeró la prisión preventiva a cambio de una fianza de 100 mil pesos.
Carrascosa está acusado de homicidio agravado por el vínculo y no apeló la elevación a juicio de la causa. Su defensor, Alberto Cafetzoglus, dijo en varias oportunidades que esa decisión obedeció a que su cliente desea llegar cuanto antes al juicio para demostrar su inocencia. Tampoco apelaron ser sometidos a debate el médico José Gauvry Gordon, el primero en tomar contacto con el cadáver de María Marta, el 27 de octubre del 2002, ni el hermano de la víctima, Horacio García Belsunce, ambos acusados de encubrir el crimen.
En cambio, otros familiares y amigos sí objetaron ser sometidos a juicio oral por encubrimiento, entre ellos el medio hermano de María Marta, John Hurtig; el padrastro, Constantino Hurtig, y el cuñado, Guillermo Bártoli, representados por el abogado Alejandro Novak. También apelaron la decisión de llegar al debate el vecino de la víctima Sergio Binello la amiga Nora Burgues de Taylor y la masajista Beatriz Michelini.
Los defensores de algunos de los acusados que apelaron dijeron que no fueron notificados de que se hayan resuelto los planteos que hicieron contra la elevación a juicio del caso, por lo cual, aseguran, no debió sortearse un tribunal oral. No obstante, fuentes judiciales señalaron que para que ya se haya sorteado un tribunal oral esas resoluciones ya debieron haberse tomado, por lo que los procesamientos deberían estar firmes.
En agosto último, el juez que subrogó a Barroetaveña en la causa, Diego Martínez, resolvió elevar el caso a juicio al hacer lugar al pedido del fiscal. Para Molina Pico, Carrascosa y su esposa se pelearon por cuestiones relacionadas con una cuenta que poseían en un banco de Nueva York, en la que había dinero presuntamente proveniente del Cartel de Juárez, dedicado al “narcolavado”.