Finalmente, la Justicia brasileña ya envió el exhorto a la Cancillería argentina en el que pide las fotos y los datos completos de los siete jóvenes acusados por la muerte de Ariel Malvino. El paso siguiente, una vez que la Justicia del país vecino reciba la respuesta, sería mostrar las imágenes a los testigos que de una u otra manera estarían en condiciones de relatar lo sucedido la madrugada del 19 de enero. Según el abogado de la familia Malvino, Juan Carlos García Dietze, “hay numerosos testigos del episodio”. Uno de ellos habló ayer y aseguró que “podría reconocer” a los agresores, siempre y cuando no hayan cambiado su fisonomía. La hipótesis que siguen los investigadores en Brasil es que quien le habría pegado la tremenda piña a Ariel fue Eduardo Braun Billinghurst, y el que habría tirado encima la pesada piedra fue Horacio Pozo, hijo del subsecretario de Turismo provincial.

Luego de que los testigos vean las fotos de los acusados, un jefe de la Policía Federativa de Brasil llegaría “entre el lunes y martes” de la semana que viene a Corrientes para asistir al interrogatorio de los siete jóvenes oriundos de esa provincia, sospechados de haber participado del asesinato a golpes del estudiante de derecho de 21 años.

El funcionario brasileño traería un cuestionario hecho por la misma jueza que entiende en el expediente, Eliane Alfredo Cardoso Luiz, y acompañaría a los funcionarios del juzgado federal de Corrientes en el momento de las preguntas y las respuestas; aunque quien decidirá si el enviado de Brasil pregunta, repregunta o está presente en la sala será el juez federal de Corrientes Carlos Soto Dávila.

En tanto, el abogado García Dietze, representante de la familia del chico asesinado, expresó su confianza en que “serán castigados” los culpables. “Hay muchos testigos, tanto en Ferrugem como en Argentina, 12 de los cuales ya declararon ante la policía de Garopaba, a cargo de la pesquisa”, destacó García Dietze.

El embajador argentino en Brasil, Juan Pablo Lohlé, dijo que “todo indicaría que la causa continuará en Brasil”. “Los tiempos de la Justicia son los de acá (Brasil); el delito ocurrió en este territorio y la instrucción es en Brasil”, explicó: “No veo por qué debe ser en la Argentina”.

“Si finalmente llegara a concretarse un pedido de extradición de Brasil –explicó el abogado de la familia Malvino– por un acuerdo que data de 1961, Argentina no está obligada a otorgarla, pero en ese caso el tratado establece que la investigación y el juicio se tramitarán aquí.”

Sin embargo, según fuentes consultadas, “parecería que la Justicia de Brasil está dispuesta a pedir la extradición de los jóvenes que se vean involucrados en la muerte de Ariel”, después de ser reconocidos mediante las fotografías por varios de los testigos del hecho que se encuentran en Brasil, muchos de ellos oriundos de ese país. Si desde el otro lado de la frontera se pide la detención de alguno de los jóvenes argentinos, esto deberá ser aceptado y ratificado por el juez federal correntino Soto Dávila.

Un nuevo testigo de la muerte de Ariel apareció en escena. Se llama Ezequiel, y estaba esa noche en el lugar del hecho. Según su relato, la piedra fue arrojada por “un pibe morochito, de pelo negro o más o menos, castaño, cuando él (por Malvino) ya estaba en el suelo”. “Por lo menos por el pelo, la cara y el físico yo calculo que los podría reconocer”, dijo, ya que recordó que los había visto a la tarde en la playa de Ferrugem.

Tras el estudio médico, se determinará si Ariel murió por la piedra que le tiraron o por causas provocadas por el golpe tras la caída sobre el cordón. “De eso va a depender que se entienda si se está en presencia de un homicidio calificado por alevosía o una tentativa de ese delito, ya que cuando a Ariel le tiran la piedra aún vivía”, subrayó García Dietze.