SOCIEDAD › LOS PROBLEMAS CON LA BASURA A UN AÑO DE LA CONCESION

El blues de la esquina crónica

Para las comisiones integradas por vecinos, las esquinas donde se acumulan residuos constituyen el 34% de los reclamos. Las acciones que protagonizan lograron resolver el 76% de los problemas.

 Por Eduardo Videla

Uno de cada tres reclamos que se producen en materia de recolección de residuos y limpieza en la ciudad de Buenos Aires corresponde a las denominadas “esquinas crónicas”, aquellas que los vecinos de un barrio escogen para dejar sus bolsas de basura después de que el camión recolector ya pasó. El dato es parte del relevamiento de problemas planteados en las comisiones vecinales que monitorean el servicio de higiene urbana en la ciudad desde que está en marcha la última licitación, vigente desde hace un año. En el segundo lugar de la lista se encuentran los reclamos por el barrido de calles, y luego, las quejas por los grandes volúmenes de basura que dejan, muchas veces fuera de horario, restaurantes y supermercados. Merced a la gestión de vecinos, empresas y funcionarios, pudieron resolverse el 76 por ciento de los problemas planteados.

La licitación del servicio de Higiene Urbana, que este mes cumple un año de vigencia de los cuatro previstos, inauguró el mecanismo de “auditoría social”, por el cual los vecinos ejercen una vigilancia sobre el cumplimiento del servicio, integrando una comisión de la que también forman parte representantes de la empresa de cada zona, funcionarios del área y de cada Centro de Gestión y Participación.

“Yo no quisiera recibir multas, pero en algún lugar dentro de mí me gustaría”, dice Ana María, que vive sobre la calle Pavón, en Boedo, y está cansada de que sus vecinos jueguen a embocar las bolsas de basura, desde la puerta hasta el árbol de la vereda, donde quedan desparramadas. La mujer se acercó al CGP 6, de Díaz Vélez al 4500, para hacer el reclamo y la invitaron a la reunión de la comisión vecinal, de la que también participó Página/12.

Las comisiones se reúnen todos los meses en cada uno de los 16 CGP porteños. Están integradas por cinco vecinos, tres de ellos representantes de ONG del barrio y los otros dos, simples frentistas interesados en la limpieza de su barrio. También hay dos delegados de la empresa concesionaria de esa zona, un representante del Programa de Recuperadores Urbanos –cuya tarea es promover la organización a los cartoneros de la zona– y un funcionario de la Dirección de Higiene Urbana.

El mandato de los integrantes de la comisión es de seis meses, por lo que ahora está a punto de vencer el del segundo semestre. “Por eso estamos convocando a los vecinos y a las organizaciones vecinales para que integren la nueva comisión”, explica Cristina Miramont, asesora de la Dirección de Higiene Urbana y participante activa de las reuniones con los vecinos.

Una de las “esquinas crónicas” que sale a la luz en la reunión del CGP 6 es la de Colombres y Don Bosco, en Almagro. “Tenemos que realizar allí una acción con los vecinos ¿Qué les parece en la tercera semana de marzo?”, propone Fernanda, funcionaria del CGP. Las “acción” a la que se refiere es una intervención de toda la comisión en el lugar conflictivo, “para conversar con los vecinos, repartirles folletería, informarlos de que hay sanciones para esas faltas”, explica Miramont a Página/12.

Esa es la primera etapa de intervención. “Si el problema persiste, entonces van los inspectores, que hacen un acta de infracción”, advierte.

–Pero para hacer una multa habría que sorprender in fraganti al infractor –consulta este diario.

–No siempre. A veces las bolsas de basura hablan. Los inspectores pueden encontrar los restos de alguna factura, con nombre y dirección.

El problema de las esquinas crónicas, en su mayoría, obedece al mal comportamiento de los vecinos. “En general se trata de esquinas con baldíos o casas deshabitadas, edificios públicos o en construcción, o plazas, donde no hay nadie que pueda recriminarle al infractor –explica Miramont–. Son vecinos que no sacaron la basura en horario y la tiran en la esquina después de que pasó el camión.” Otros reclamos están vinculados con deficiencias en el servicio de las empresas. Así, en el segundo lugar del ranking se encuentra el barrido de calles (13%), y en cuarto, la recolección domiciliaria (7%). En cambio, en tercer lugar se encolumnan las quejas por la disposición que hacen restaurantes y supermercados (11%).

“El contrato con las empresas prevé un servicio especial para grandes generadores, como shoppings e hipermercados, donde se dejan containers que se retiran en horarios diferenciales”, dice la funcionaria. El mismo servicio se presta en las zonas de restaurantes, como Las Cañitas o Puerto Madero. Con la intervención de los vecinos se intenta ampliar el servicio a otras zonas y establecimientos.

La limpieza de veredas (7%) no les corresponde a las concesionarias, salvo en el caso de edificios públicos. Tampoco las plazas, que pertenecen a la órbita de la Dirección de Espacios Verdes. “De todas maneras, en las comisiones nos ocupamos de esos temas: los llevamos al área que corresponde para que lo resuelvan”, informa Miramont. Por eso, aseguran, todavía les queda un 24 por ciento de reclamos sin resolver.

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Las bolsas se acumulan en esquinas de baldíos, casas deshabitadas y edificios públicos.
 
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