El fuego no volvió a encenderse. Pero la indignación y el dolor aún no se apagaron. Con esos sentimientos, que desde hace algunos días conocen en demasía, los familiares de Milagros Moreira, la nena de 4 años asesinada el domingo pasado en Rafael Calzada, volvieron a reclamar justicia. Ayer mantuvieron una reunión con el ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian, de la que salieron con una respuesta concreta: los policías que investigaban el caso fueron apartados de esa tarea y serán reemplazados por una comisión de la Dirección de Investigaciones. La familia y los vecinos siguen apuntando a un joven al que creen con protección policial y al que señalan como cómplice de Pilín, el adolescente de 16 años que hasta ahora es el único detenido en la causa. Para la policía, en cambio, esa persona sólo fue un testigo.

Hasta ayer, la investigación por el asesinato de Milagros dependía de la comisaría 5ª, la primera que intervino cuando la nena fue encontrada muerta dentro de un viejo lavarropas. Enseguida detuvieron a Pilín, un chico que vivía en esa casa y había invitado a pasar a la nena. Según la policía, el mismo adolescente confesó el asesinato. Pero la familia de la niña reclama la detención de alguien más, al que ubican en la escena del crimen.

A partir de esas quejas, Arslanian decidió sacar el caso de las manos de la comisaría. Se hará cargo una comisión de la Dirección de Investigaciones al mando del comisario Osvaldo Seisdedos. “No protegemos a los malos policías, sino que, por el contrario, fortalecemos y reconocemos a los buenos”, sostuvo Arslanian luego de la reunión. Sin embargo, no hubo una explicación oficial para el apartamiento de la comisaría. Por lo bajo, en el ministerio se hicieron eco de los dichos de los vecinos.

“Salimos medianamente conformes”, indicó Rodolfo Rivero, abuelo de la nena. “Queremos que detengan al que para nosotros es cómplice del que está detenido hasta que se profundice la investigación”, pidió.

Antes de ese encuentro, los abuelos de Milagros marcharon con las fotos de la nena hasta la Municipalidad de Almirante Brown. En la reunión manifestaron sus sospechas de que en el asesinato participó un cómplice, alguien al que llaman Rafael o El Transa y que se dedicaría a vender droga en el barrio San Javier. Según ellos, un chico lo vio en la casa de Pilín en el momento en el que fue muerta Milagros. Al mismo tiempo, los vecinos protestaron contra lo que llaman la “militarización del barrio”. “La policía se tendría que ir de acá y dedicarse a investigar”, reclamaron.

Ahora, la jueza de Menores que lleva el caso, Nora Guendler, solicitará un análisis de ADN sobre pelos que se encontraron debajo de las uñas de la nena. El objetivo es verificar si pertenecen a Pilín o no. Del mismo modo, la magistrada escucharía el testimonio de quien, según los vecinos, vio al Transa en la casa donde mataron a la nena.