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Las mujeres embarazadas deberán tener la posibilidad de realizarse un test de VIH. La ley que establece la obligatoriedad del ofrecimiento de la prueba en todo el sistema de salud argentino entró en vigencia ayer. Por lo tanto, no sólo los hospitales públicos sino también la seguridad social y las prepagas, deberán prestar este servicio como “parte del cuidado prenatal normal”. También se prevé la contención y el asesoramiento para aquellas mujeres que obtengan resultados positivos.
La iniciativa fue muy cuestionada en un comienzo, cuando el Senado proponía obligar a todas las embarazadas a realizarse el test. Los diputados desecharon esta propuesta, por lo que la redacción final de la norma ordena “la obligatoriedad del ofrecimiento del test de diagnóstico del virus de inmunodeficiencia humana a toda mujer embarazada”.
Patricia Pérez, representante regional de la Comunidad de Mujeres Viviendo con HIV, consideró que ésta “es una buena iniciativa, pero no alcanza” y reclamó “políticas integrales” que atiendan a la problemática del sida en su totalidad. “Estamos de acuerdo con la disponibilidad del test con el consentimiento de la persona”, aclaró. En este sentido, la ley plantea “el consentimiento expreso y previamente informado de las embarazadas” y deberá constar por escrito “con firma del paciente y del médico tratante”. El mismo procedimiento deberá cumplirse si la futura madre se niega a realizar el análisis.
Sin embargo, Pérez resaltó la importancia de “ir llevando a la persona hacia esa situación y prepararla” para que pueda decidir. La ley 25.543– sancionada el 27 de noviembre del 2001 y promulgada el 7 de enero de este año– dispone informar a la mujer sobre la posibilidad o no de desarrollar la enfermedad y, en el caso de que esté infectada, los tratamientos correspondientes. Tanto el médico como el centro de salud “serán solidariamente responsables de la confidencialidad del procedimiento” , así como de la “garantía de la provisión de medicamentos según establece la ley.