Los legisladores porteños ya acordaron un texto para sancionar en la ciudad la ley de educación sexual y el borrador será presentado el viernes al ministro de Educación, Alberto Sileoni, para que dé a conocer su opinión antes de que el proyecto se convierta en dictamen de comisión. Los puntos más importantes del acuerdo son que la educación sexual se impartirá “en todos los niveles educativos”, incluido el inicial, y que se contemplará la perspectiva de género, tal como lo establece la Constitución de la Ciudad. El proyecto podría convertirse en ley en octubre o, a más tardar, en las primeras semanas de noviembre.

Los integrantes de la Comisión de Educación, que preside el macrista Marcos Peña, mantuvieron el jueves una reunión extraordinaria, donde acercaron posiciones y acordaron unificar todos los proyectos. “Logramos dar un paso muy importante. Avanzamos muy bien en la construcción de un acuerdo con todos los sectores para que la ley pueda avanzar”, dijo Peña a la agencia DyN.

El proyecto acordado ayer cuenta con el respaldo de los bloques mayoritarios dentro de la Comisión de Educación: el kirchnerismo, el macrismo y el ARI. Incluso los dos legisladores con orientación más conservadora en este tema: Enrique Olivera, del ARI, y el macrista Santiago de Estrada. El único que sigue planteando objeciones es Jorge Enríquez, quien sin embargo no presentará un despacho de minoría “para no entorpecer el proceso de aprobación de la ley”, sino que formulará “disidencias parciales”.

Los legisladores acordaron que “la educación sexual integral será obligatoria en todos los niveles del sistema educativo público y privado de la ciudad”. Aunque no dice explícitamente que se aplicará desde el nivel inicial, de hecho lo incluye. Y contempla la perspectiva de género, tal como lo dispone la Constitución porteña, en el sentido de eliminar las prácticas discriminatorias basadas en el género.

“Nuestra posición, dentro de la negociación, fue respetar lo que está escrito en la Constitución de la Ciudad”, dijo a Página/12 la diputada kirchnerista Ana María Suppa. Se refería, entre otros, al artículo 11, que garantiza el derecho a ser diferente y no admite discriminación por razones de raza, orientación sexual o género, y al artículo 24, que se refiere a la perspectiva de género.

El diputado Olivera destacó que “se dejaron atrás las posiciones extremas, con un proyecto equilibrado, que instaura la educación sexual en todos los niveles y que respeta las convicciones de las comunidades y la participación de los padres” en la formación de los alumnos.

Enríquez, por su parte, adelantó que presentará sus disidencias en dos puntos: “Se omite el rol primordial de los padres en la educación de sus hijos y se insiste con una tendenciosa interpretación sobre la perspectiva de género: el objetivo debería ser afirmar la identidad sexual del niño como varón y de la niña como mujer”.

De acuerdo con el proyecto, no habrá una materia dedicada a educación sexual sino que la formación será transversal a las asignaturas. Los contenidos serán fijados por el Ministerio de Educación: el ministro Sileoni ya adelantó que serán acordes a la edad y al desarrollo de los niños: en nivel inicial se trabajará el cuidado del cuerpo y el respecto al otro; en los primeros años del ciclo primario se avanzará sobre “la formación de valores en el amor” y el conocimiento del cuerpo, y recién a partir de sexto y séptimo grado se abordaría la salud sexual y reproductiva.