Jueves, 23 de noviembre de 2006 | Hoy
SOCIEDAD › EL PAIS COMPRARA UN MILLON DE LAPTOPS PARA REPARTIR ENTRE CHICOS
El Gobierno anunció que comprará las unidades en 2007. Kirchner y Filmus con Negroponte, el impulsor del programa.
Por Federico Kukso
El mero nombre de Nicholas Negroponte suele evocar dos miradas complementarias en vez de antagónicas. Por un lado, están los que abren el paraguas antes de tiempo y lo tildan de “ciberevangelizador” y “gurú de la era digital”, enfrascado en una misión: desparramar eufóricamente por el mundo uno de los dogmas de las tecnologías de la información como panacea (esto es, el acceso a Internet como garantía de libertad y camino seguro al conocimiento). Y por el otro, se alinean aquellos que, sin perder la visión crítica, aun así le dan una oportunidad y entablan negociaciones con el director del Laboratorio de Medios del Massachusetts Institute of Technology (MIT) alrededor de su último y, en apariencia, más reluciente proyecto: el programa “One Laptop per Child” (OLPC) o lo que es lo mismo “Una laptop por chico”, encausado a desarrollar computadoras portátiles a un costo que oscilará entre 130 y 150 dólares cada una, fabricadas y distribuidas con el objetivo de alfabetizar a todos los niños del mundo. Los primeros diálogos entre la Argentina y la ONG de Negroponte comenzaron en octubre del año pasado; se acentuaron en marzo cuando se presentó en el país el primer prototipo; y cobraron aún más impulso ayer, cuando el autor del bestseller Ser digital se reunió con el ministro de Educación de la Nación, Daniel Filmus, en Casa de Gobierno, luego de dialogar con el presidente Néstor Kirchner en su despacho. De todo esto, surgió un compromiso: el de comprar un millón de unidades en 2007 si el proyecto piloto con 500 computadoras resulta exitoso.
Presentado en enero de 2005 ante la Cumbre Mundial de Davos, el fin último del OLPC es más democrático que económico: busca reducir la mentada “brecha digital” de los países en vías de desarrollo a través de la distribución de estas computadoras económicas entre chicos de escasos recursos. Así surge desde el mismísimo slogan o frase repetida incontables veces por Negroponte: “Its an education project, not a laptop project” (“es un proyecto educativo, no un proyecto de laptops”). Para evitar la proliferación de tratos espurios, se estipuló que la venta se realizará al por mayor directamente a los ministerios de Educación de los países que las requieran, para luego ser distribuidas gratuitamente. La adquisición mínima es de 500 mil unidades.
La primera oleada de computadoras arribará al país en los próximos días, cuando el Ministerio de Educación reciba 50 unidades para ser testeadas por un equipo de técnicos y pedagogos. El número se elevará luego a 500 prototipos para iniciar un plan piloto. “Si el plan piloto funciona, adquiriremos un millón de unidades para los chicos más pobres”, destacó Filmus.
En diciembre del año pasado, los países incluidos en este proyecto eran China –el país más poblado del mundo–, India –debido a su alto índice de pobreza–, Egipto, Nigeria –el país más poblado de Africa–, Tailandia, Brasil y Argentina, el primer país de habla hispana en adherir al plan. Sin embargo, al tiempo las cosas fueron sacudiéndose un poco. Mientras India se bajó en julio de este año, se sumó Libia y Nigeria ordenó su primer millón de unidades.
¿Pero a fin de cuentas cómo es esta tan famosa como misteriosa computadora? Los últimos prototipos –conocidos como “2B1” y desarrollados por la empresa taiwanesa Quanta– tienen el tamaño de un libro, una pantalla color giratoria y antirreflejo, utiliza Linux como sistema operativo, cuenta con un procesador de 500 MHz, 128 MB de memoria y, en vez de disco rígido, contará con un módulo de memoria flash de 512 MB y los equipos “dialogarán” entre sí vía wi-fi. Y en vez de manivela como se estipuló originariamente, para alimentarse de energía se vale de una especie de cordón del que se tira para cargarla (funciona 10 minutos por cada minuto que se la carga; mientras una notebook portátil normal consume 30 watts, éstas funcionaran con 1 watt).
“Este no es un programa que reparte portátiles sino un proyecto educativo orientado a eliminar la pobreza”, deslizó Negroponte, arquitecto norteamericano de origen griego, especialista en ciencias de la computación y fundador de la revista Wired.
Desde su presentación, el proyecto no paró de cosechar críticas. Los dardos más constantes vinieron de dos colosos informáticos, directamente amenazados por las nuevas computadoras: Microsoft e Intel. Craig Barret, presidente de esta última compañía, llegó a decir que las laptops de Negroponte “no tendrán éxito porque la gente optará por una computadora que funcione, en lugar de un adefesio de escaso potencial”.
El bajo costo de la OLPC, también apoyado por Google, News Corp. y AMD, entre otros, y que cuenta con financiación del Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial, se logró reduciendo el precio de la pantalla, eliminado lo innecesario de las máquinas y vendiéndolas en grandes cantidades.
Pero como si no le bastara tener como potencial competidoras a las computadoras comunes y corrientes que circulan comercialmente, ahora al proyecto OLPC se le sumó un nuevo rival. Es que el Instituto de Tecnología Informática de la Academia de Ciencias de China se encuentra en estos momentos poniendo a punto una computadora similar de funciones mínimas llamada “Longmeng”. A un precio un poco más alto (100 euros), tendrá un rendimiento parecido al de una Pentium III.
Negroponte una vez afirmó que el futuro será conectado: computadoras, teléfonos, televisores, juguetes, lavadoras, microondas, cafeteras, estarán on line. Si es cierto que estar conectado garantiza la felicidad y la justicia, su pronóstico, lejano, parece estar haciéndose realidad.
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