Jueves, 23 de noviembre de 2006 | Hoy
SOCIEDAD › REPERCUSION MUNDIAL POR EL ROBO A LA HIJA DE BUSH
El gobierno argentino reveló que conocía su presencia aquí. Polémica en EE.UU. por la falla en el servicio que la custodiaba.
En medio de los muchos misterios que rodean el ya mundialmente famoso robo en San Telmo a la hija del presidente de Estados Unidos Barbara Bush, el gobierno argentino afirmó ayer que la embajada de ese país le había informado sobre la visita de la joven. Sostuvo además que los diplomáticos habían pedido “absoluta reserva” respecto del viaje y que habían solicitado que no interviniera en la seguridad porque de eso se haría cargo el Servicio Secreto propio. Después del hurto de la cartera, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, anunció ayer que a partir de ahora la Policía Federal “participará activamente” en el cuidado de la chica y su hermana Jenna, también en el país.
Durante las primeras horas de ayer, en el Ministerio del Interior aseguraron que, si bien conocían la visita, se había respetado “la privacidad y el perfil bajo” pedidos por los estadounidenses, y también el requerimiento de que las fuerzas de seguridad no se metieran en el cuidado de Barbara. Los encargados de la protección de los Bush daban por descontado que el celo que suelen utilizar sus guardaespaldas sería suficiente para neutralizar un eventual inconveniente.
Pero a pesar de los equipos de última generación, el entrenamiento en varias artes marciales y las armas de alto impacto que utilizan los numerosos vigiladores de las chicas Bush, un ladrón local logró filtrarse y quedarse con la cartera de Barby, que contenía su billetera con varios dólares y –se discute si también– el celular y la tarjeta de crédito.
Después de conocido el episodio, en Interior se decidieron a abandonar el compromiso con la embajada y en la tarde de ayer el ministro Aníbal Fernández anunció que “a partir de ahora” la Policía Federal comenzará a “participar activamente” de la custodia de Barbara y su hermana, que permanecerán en el país por algunos días más. Además, aclaró que el hecho se produjo cuando la joven “fue a un paseo en un lugar típico del turismo, dejó el bolso en el piso y se lo robaron”.
En Estados Unidos, el desliz de los vigiladores puso el foco de atención sobre la real eficacia del Servicio Secreto, aunque se especula que el robo ocurrió cuando la joven estaba lejos de sus pertenencias. Por ejemplo, en la página de Internet de la cadena de noticias ABC –la que dio la primicia el martes a la noche– se puede leer una nota al respecto y opiniones al por mayor de los lectores, algunos indignados por el tema.
Mientras tanto, aquí, la Policía Federal dedicó una parte de sus recursos a “analizar los videos tomados por las cámaras que están distribuidas en el corredor turístico de San Telmo”, con el objetivo de intentar identificar al punguista que derrotó con su rápida mano a todos los sistemas de defensa de la chica Bush.
Este rastreo fue realizado de oficio por la Federal, ya que hasta ayer no había recibido ninguna denuncia ni exposición por el robo que recorrió el mundo. De todas formas, en la fuerza reinó sobre el tema un hermetismo sólo superado por el de la embajada estadounidense.
En tanto, Juan Carlos Pallarols, el orfebre que confecciona los bastones de mando que usan los presidentes argentinos, se transformó en el único que pudo constatar el paseo de Barbara por San Telmo, ya que la atendió en el local-museo que tiene en ese barrio el mismo domingo, horas antes de que actuara el carterista.
Pallarols relató que ese día abrió su negocio por un pedido especial de un grupo turístico –después se enteraría que lo integraban las jóvenes Bush– y que recorrió el negocio durante algo más de una hora. Se trataba de “unas doce personas muy interesados en ver la mascarilla de Eva Perón” y conocer detalles de su historia, aseveró. Además, comentó que entre los visitantes había varias chicas, una traductora y cinco grandotes: nunca imaginó que eran los guardaespaldas y que una de las muchachas era la hija de Bush.
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