Jueves, 23 de noviembre de 2006 | Hoy
El proyecto fue aprobado en el Senado sin discrepancias de fondo. Cristina Fernández de Kirchner calificó la iniciativa como un hecho “inédito” e hizo un repaso histórico de los vaivenes del Tribunal.
Por Eduardo Tagliaferro
El escenario previo no alentaba grandes conflictos. La mayoría de los bloques había adelantado que acompañaría el proyecto presentado por la senadora Cristina Fernández de Kirchner para que la Corte Suprema de Justicia regresara a la composición original de cinco jueces. Nueve proyectos similares al de la primera dama formaron parte de los antecedentes legislativos. La mayoría de ellos habían sido presentados por legisladores de la oposición, lo que de por sí garantizaba la aprobación de la iniciativa. Sin discrepancias de fondo, el debate tomó otros caminos. Se repasaron distintas interpretaciones de la historia, los vaivenes institucionales y los cambios ocurridos en el máximo tribunal. El resultado fue tan sólo un dato. Cincuenta y siete senadores aprobaron la iniciativa. Los puntanos Adolfo Rodríguez Saá y Liliana Negre de Alonso se abstuvieron. Carlos Menem reivindicó la ampliación del tribunal a la actual composición de nueve miembros que hizo durante su primer mandato.
El radical independiente Rodolfo Terragno se retiró del recinto antes de la votación. “No puede ser que un proyecto que modifica la composición de la Corte Suprema se apruebe de manera express”, dijo para explicar su ausencia.
Fernández de Kirchner se encargó de resaltar la importancia de la propuesta. Así como en las semanas previas se había preocupado personalmente por la difusión del proyecto, ayer no ahorró elogiosos calificativos para el presidente Néstor Kirchner. “Se cierra un ciclo histórico”, fue una frase dicha por un legislador que la primera dama hizo suya y repitió en varias ocasiones. El ciclo venía a completar una anterior decisión de Néstor Kirchner, el decreto 222, conocido como de “autolimitación”, por el que el Ejecutivo establece un mecanismo de audiencias públicas para la designación de los jueces en el alto tribunal.
Repasando los fundamentos de su proyecto, Fernández de Kirchner reparó en distintos momentos históricos en los que el Ejecutivo impulsó modificaciones en la Corte. La propuesta de la primera dama resaltaba la importancia de “retornar al camino anterior a 1958” con un tribunal de cinco jueces. Recordó que luego del golpe de José Félix Uriburu en 1930, se le dio a la Corte la facultad de elegir su propio titular. Mencionó que esa medida fue a cambio de la posterior legalización del golpe militar por parte del máximo tribunal. La senadora tuvo un fallido cuando bautizó a Arturo Umberto Illia como Ricardo Arturo. Lo nombró para decir que había intentado llevar la Corte a 10 miembros y nombrar a su presidente con el acuerdo del Senado.
Fue el socialista Rubén Giustiniani el que le puso contexto al debate. Destacó que no era lo mismo elegir un tribunal en democracia que a la salida de una dictadura. Así explicó por qué Illia se enfrentó al dilema de conformar una nueva Corte. Cuando le tocó cerrar el debate, Fernández de Kirchner volvió sobre el tema. Insistió que Illia había impulsado el cambio luego de haber nombrado dos jueces. Lo que la llevó a decir que no se había equivocado en el repaso histórico.
La primera dama insistió con que era “inédito” que un Presidente renuncie a la posibilidad de nombrar dos jueces. En su repaso recordó que en 1863 Bartolomé Mitre nombró a los cinco jueces del máximo tribunal. “Seguro que el diario La Nación no habló de calidad institucional en ese momento”, dijo. La Nación no dijo nada, ya que fue fundado por Mitre en 1870 cuando ya se había retirado de la Presidencia.
En la defensa del proyecto, la titular de la Comisión de Asuntos Constitucionales no ocultó la presencia de Néstor Kirchner. Incluso admitió, sin dar nombres, que tenía en su despacho currículum de cónyuges de representantes de la más cruda oposición.
Fue la puntana Negre de Alonso quien relativizó la calificación de “inéditas” hechas por Fernández de Kirchner. “No es inédito que el Presidente hoy desista de nombrar dos nuevos integrantes en la Corte. Lo inédito es que el Presidente ya haya designado todos los miembros suficientes que necesita para tener una mayoría”, opinó la puntana luego de hacer el repaso de las renuncias y los cambios que siguieron a los sucesivos juicios políticos contra la denominada mayoría automática del menemismo. Para la puntana lo inédito hubiera sido haber tomado la decisión de reducir el máximo tribunal en el 2003. “Hoy limitarse a nombrar dos jueces más es inocuo”, señaló.
Antes de ingresar al recinto, Carlos Menem había reivindicado la decisión de llevar el tribunal a nueve miembros. Le achacó a la Corte la responsabilidad por no haberse dividido en salas y con ello facilitar la acumulación de expedientes sin resolver. En el debate no dijo más que eso. Insertó su discurso y anunció que estaba en contra del proyecto. Cuando llegó el momento de la votación ya no estaba en el recinto.
Hubo tiempo para algunos cruces picantes entre el titular de la bancada oficialista, el rionegrino Miguel Angel Pichetto, y Giustiniani. El socialista le recordó su defensa a las políticas menemistas y Pichetto, luego de reconocer algunos errores, le pidió una autocrítica por haber participado del gobierno de la Alianza. La votación fue contundente. El debate, un dato para los archivos. Todos coincidieron en que la reducción a cinco no era una llave mágica para mejorar el funcionamiento de la Corte y señalaron que el máximo tribunal “está paralizado”.
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