Sábado, 24 de febrero de 2007 | Hoy
El tribunal avaló el informe de expertos según el cual el chico sufría un mal cardíaco. El estudio había sido anulado por la jueza. En quince días debe resolver la situación de los acusados.
Por Raúl Kollmann
La Cámara del Crimen dio ayer validez a un informe realizado por ocho profesores titulares de la Facultad de Medicina de la UBA donde se sostiene que Matías Bragagnolo –el joven que murió tras una pelea con otros adolescentes– fue víctima de una “muerte súbita”, es decir producto de un mal cardíaco congénito o adquirido que no le había producido síntomas y que, por lo tanto, ni él ni sus padres sabían que tenía. La jueza María Teresa Salgueiro había anulado sorpresivamente ese dictamen argumentando que “el informe tiene ausencia total de fundamentos”. Pero la Cámara le respondió que si ella tenía alguna duda o necesitaba más explicaciones debió pedir a los catedráticos un informe complementario o citarlos para que explicaran el estudio en una declaración. En las próximas dos semanas, Salgueiro debe decidir si procesa o sobresee a los jóvenes que aquella noche se pelearon con Matías y lo corrieron hasta el hall de su casa. Por lo pronto, el dictamen de los profesores de la UBA beneficia claramente a esos jóvenes.
El fallo, firmado por los camaristas de la Sala I, Jorge Luis Rimondi, Alfredo Barbarosch y Gustavo Bruzzone, anula la decisión de Salgueiro de dejar sin efecto el dictamen de los especialistas. Barbarosch, incluso, sostuvo que la jueza debe ser apartada de la causa porque no sólo anuló lo que dijeron los catedráticos, sino que lo hizo sin consultar a las partes, a quienes luego les negó el derecho de apelar.
En su momento, la resolución de Salgueiro produjo enorme asombro, ya que intervinieron dos cardiólogos, un neurólogo, un neumonólogo, un especialista en medicina deportiva, un toxicólogo y el propio decano de la facultad, Alfredo Buzzi. La coordinación estuvo a cargo del psiquiatra forense Luis Kvitko. En septiembre, la jueza les formuló una larga serie de preguntas a los especialistas, que las respondieron a lo largo de cien páginas. Las conclusiones, sin embargo, las formularon en cuatro renglones: Matías falleció por muerte súbita, producto de un mal congénito o adquirido. Es decir que la pelea, la corrida posterior y los hechos ocurridos aquella noche pudieron haber tenido alguna influencia, pero lo decisivo fue el mal cardíaco de Matías que ni él ni sus padres conocían.
La jueza argumentó que las conclusiones debieron estar argumentadas más allá de las preguntas respondidas por los académicos, pero según las opiniones de los expertos consultados en su momento por Página/12, resultaba insólito que por esa razón se anulara un estudio tan sofisticado, en lugar de pedir más explicaciones. Incluso Salgueiro pidió a la Universidad de Córdoba un estudio similar. “Se ve que no le gustó la conclusión que, desde el punto de vista judicial, favorece a los jóvenes que se pelearon con Matías. Da toda la impresión que actuó con parcialidad”, sugirió uno de los especialistas consultados por Página/12.
Ahora la Cámara sostuvo la misma postura: el estudio de la UBA es válido y, a lo sumo, la magistrada les puede pedir a los profesores que precisen su explicación. En las próximas dos semanas, Salgueiro debe tomar una decisión de fondo sobre el caso Bragagnolo. Es difícil que vuelva a encarcelar a alguno de los jóvenes que, según Marcelo Bragagnolo, el padre de Matías, patotearon a su hijo y le pegaron un golpe en el cuello que desató el drama final. La defensa de los acusados admite que hubo una pelea, pero sostiene que ningún golpe ni la corrida produjeron efectos decisivos que llevaran a la muerte. La jueza, en un fallo anterior, sugiere que se trató de un homicidio no intencional. Necesitará algún argumento científico para sostener un eventual procesamiento de los acusados.
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