Que el sobrino correntino de Carlos Carrascosa sea coleccionista de armas no tiene el menor atisbo de interés salvo para su familia, para los animalitos que puedan eludir los disparos (si es que usa las armas para cazar) y para el Renar, como autoridad de aplicación básica. Que el número de armas de dicho sobrino sea ocho es tan importante como decir que Carrascosa viste en las audiencias la misma ropa desde que inició el juicio. Si de esas ocho armas una se perdió o la robaron es nada más que un dato curioso o llamativo. Pero si el arma robada o perdida era una pistola .32, el calibre de los pitutos que disparó el grifo asesino, todo cambia. Ayer, el dato lo arrojó el abogado de Pachelo, Roberto Ribas. La defensa dijo que era una “bomba de humo” para sacar presión a Nicolás Pachelo, que hoy declara citado por el fiscal Molina Pico. De todos modos, se supo, la querella-defensa analiza con lupa si Pachelo tiene sobrinos, si son coleccionistas de armas o algo por el estilo.

En términos de farandulismo, Nicolás Pachelo quizá sea la figura más esperada para declarar después del propio Carrascosa. Hoy está citado como testigo y, según confirmó el abogado Ribas a Página/12, Pachelo concurrirá a declarar. Pero ayer el clima previo a la citación giró más de 90 grados en dirección al viudo célebre.

La aparición de un sobrino de Carrascosa, en Corrientes, Horacio Daniel Ognio, coleccionista y dueño de ocho armas, de las cuales le robaron una sola, de casualidad una pistola calibre .32, es un dato no menor en la historia del caso. Y esa aparición se hizo un día antes de la declaración de Pachelo y el mismo día en que se iniciaba en Gendarmería la pericia balística sobre los seis pitutos.

El abogado de la defensa, Alberto Cafetzoglus, salió al cruce del dato: “Es una bomba de humo. De la única manera en que esto se puede transformar en un indicio contra mi cliente es que Ognio diga que hace cinco años le prestó el arma a Carrascosa y después la perdió, pero eso no pasó –y agregó–. Qué casualidad que hacen público este tema el mismo día de la pericia balística y un día antes de que declare Pachelo”.

Pero antes de verificarse cuándo se hizo público, habría que determinar la veracidad del dato. El Renar asegura que la situación de Ognio y sus armas comenzó a ser revisada a partir de un oficio del fiscal Diego Molina Pico, enviado el 13 de marzo pasado, ya iniciado el juicio. En ese oficio, el fiscal pedía que se precisara si Ognio estaba registrado en algún tipo de categoría de tenedor de armas y cuáles poseía. Los datos que obtuvo Molina Pico fueron, como mínimo, curiosos: Ognio era poseedor de ocho armas y las había reempadronado en el ’93, pero no actualizó su credencial de legítimo usuario. El Renar entonces intimó a Ognio a que regularizara su situación, lo inhabilitó y secuestró preventivamente sus armas. El 20 de marzo, la inhabilitación y orden de secuestro fue enviada al Repar correntino, que notificó a Ognio. Y Ognio cumplió: el 30 de marzo entregó siete armas. Cuando el Repar correntino preguntó por la que faltaba Ognio dijo algo así como “uy, esa la perdí o me la robaron, ya no me acuerdo”. Era una pistola .32, marca Orbea, que para el caso viene a ser una pistola calibre .pituto. Según otra versión, la habría declarado como robada en el ’99, lo que no contradice la hipótesis.

El fiscal mantuvo en silencio el dato de la marca y pidió la pericia a Gendarmería para que se determinara la marca de la pistola a partir de las estrías de las seis balas. El resultado de la pericia estará en aproximadamente una semana. Si sale Orbea alguien gritará bingo. Ribas se adelantó. “El dato lo tuve el 20 de abril y lo anuncio porque parece importante –dijo a este diario–. El arma se la dieron mucho antes del crimen a Carrascosa, por lo que sea. Y ahí estaba sin que figurara a su nombre cuando alguien la usó.” La información, que habrá que comprobar, efectivamente quita presión a su cliente.

En la lista de testigos ya figuraba Eduardo Augusto Ognio, hermano del dueño de la pistola .pituto, que vive en El Carmel. Molina Pico esperaba el resultado de la pericia para citar a un testigo más directo: Horacio Ognio, pero ahora deberá adelantarse y hoy, seguramente, pedirá que HO sea citado.

Ayer, la defensa se mostró sorprendida. Intentó echar por tierra la noticia con argumentos de coreografía: una bomba de humo, dijeron, aunque daría qué pensar si la información fuera inversa y el sobrino fuera un Pachelo, más que bomba sería un bombón. El vecino acusado sólo por la familia ya formaba parte de la lista de testigos, y en un juego de fintas, el fiscal Molina Pico había mostrado poco interés en citarlo. Pachelo, prácticamente, quedaba servido para la defensa. Con la citación a último momento por parte del fiscal, arrebató el argumento escénico de crucifixión del ex vecino díscolo ante las cámaras. Algunos sostienen que hoy la defensa no lo interrogará y pretenderá que los jueces acepten que vuelva a ser citado para recuperar el timón. Pero la citación de Pachelo y la aparición del arma ya provocó un cimbronazo: ayer corría la versión de que hoy Carrascosa volvería a declarar. Algo así como tener que salir a pagar los platos rotos.